Mauricio Macri leyó unas 6400 palabras en su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, que duró más de una hora y fue transmitido en cadena nacional. Se explayó en profundidad sobre la herencia recibida y habló luego de su visión de futuro. Aunque presentó varias medidas sociales y económicas, no se refirió a su plan de gobierno. Y puntualmente sobre ferrocarriles no anunció nada.
Hubo algunas menciones al tema en el discurso presidencial, aunque siempre en referencia al desempeño del gobierno de Cristina Fernández: “Prácticamente todas nuestras rutas, puertos, trenes y comunicaciones están deteriorados o saturados”, comenzó, para luego hacer referencia a la existencia de “trenes que funcionan mal o no funcionan” como parte de los problemas de conexión física del país. Más en detalle, el presidente denunció que el año pasado el “Belgrano Cargas” transportó su mínimo histórico y estimó una pérdida de 2025 millones de pesos para este año –no quedó claro si se refería a toda la actividad estatal de cargas o a qué aspecto de la operación–.
Eso fue todo. Eso a pesar de que el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, electo por Cambiemos, hizo de la recuperación ferroviaria uno de sus principales temas de campaña. Ni al aludir al pomposo Plan Belgrano, una serie de obras de infraestructura pesada que el gobierno planea ejecutar en el noroeste y noreste del país, mencionó Macri alguna obra ferroviaria. Ni siquiera se refirió a la concreción de aquellas iniciadas o proyectadas por el gobierno saliente, como las renovaciones de vías a Mar del Plata, Rosario, Córdoba y Mendoza. Cabe recordar, en contrapartida, que el presidente inauguró hace apenas unas semanas el servicio eléctrico del Ferrocarril Roca a Quilmes y reflotó el polémico soterramiento del Sarmiento en ocasión de la visita del premier italiano Matteo Renzi.
Y es que, al margen de la crítica al estado de los servicios ferroviarios de cargas, tampoco mencionó el presidente en total los trenes de pasajeros, ni suburbanos ni de media o larga distancia. El contraste es evidente con los discursos de Cristina Fernández desde la tragedia de Once, cuando la cuestión ferroviaria se desplazó al centro de la agenda pública, pero también con posicionamientos del propio Mauricio Macri en los últimos años, siempre poniendo de relieve su compromiso con el transporte público. Precisamente ayer, Día del Ferroviario, se cumplieron 68 años desde la nacionalización de los ferrocarriles por parte del gobierno de Perón y el primer aniversario del anuncio de recreación de Ferrocarriles Argentinos, hecho por la ex presidenta en su último discurso al Congreso.
Tampoco María Eugenia Vidal mencionó al ferrocarril en su discurso de apertura de sesiones ante la Legislatura bonaerense –la gobernadora removió apenas la semana pasada al administrador de Ferrobaires para nombrar a un militar retirado–. Anunció, eso sí, la construcción de cinco corredores de Metrobús que unirán la Ciudad de Buenos Aires con distritos del primer cordón del Conurbano. Los ideólogos de transporte del PRO consideran al Metrobús una solución todoterreno y de futuro, a contramano de la experiencia regional, donde varios de los BRT más icónicos, como Bogotá o Quito, están siendo reemplazados por metros o líneas de tren.