Un informe del Observatorio de Patrimonio y Políticas Urbanas, presentado ante la Comisión Nacional de Monumentos, Museos y Lugares Históricos (CNMMyLH), presidida por el arquitecto Jaime Sorín y dependiente ahora del flamante Ministerio de Cultura de la Nación, advierte el deterioro que sufren varias estaciones de las líneas A, B, D y E del Subte.
El documento cuestiona las intervenciones realizadas por la concesionaria y actual operadora del Subte, Metrovías S.A, que nunca tuvo reparos en mutilar estéticamente varias estaciones en pos de una pretendida modernización cuyas terminaciones y calidad resultaron tan efímeras como la fascinación por las operadoras privadas de servicios públicos.
Las víctimas más conocidas de esta modernización mal entendida han sido todas las estaciones de la línea B, además de Tribunales y Facultad de Medicina en la línea D y Bolívar e Independencia en la E.
Muchas de esas estaciones intervenidas por Metrovías en los 90 están amparadas dentro de protección otorgada por la categoría de Monumento Histórico Nacional. Sin embargo, ante la inacción de la Comisión de Monumentos, Museos y Lugares Históricos, la empresa tuvo vía libre para realizar las modificaciones que consideró pertinentes.
Alicatado original de Pasteur: sobrevive bajo el poco atractivo revestimiento colocado por Metrovías en los 90 y la “blanqueada” ordenada por SBASE en 2013.
Otras estaciones, señala el informe, si bien no revisten la categoría de MNH, tienen una antigüedad superior a 50 años y poseen un valor patrimonial “arquitectónico, cultural e histórico” destacado, razón por la cual, apuntan, deberían gozar de algún tipo de protección.
“Recorriendo las líneas que integran la red se pueden ver sobrados ejemplos de mayólicas rotas, faltantes, e incluso reemplazadas por revoque grueso pintado, así como también filtraciones que deterioran y provocan día a día desprendimientos de revestimientos con los que se profundiza el estado de suciedad general y abandono”, denuncia el documento presentado por el Observatorio.
Los firmantes cargan también contra SBASE, la empresa estatal encargada de controlar el trabajo realizado por Metrovías y propietaria de la red. Algunas intervenciones dispuestas por esta empresa, apuntan, se encuentran reñidas con el concepto de Monumento Histórico Nacional, tales como la instalación de murales y espejos en las estaciones de la línea A o la decoración con motivos coloridos de las estaciones Catedral y Plaza Italia (línea D).
Otros aspectos denunciados apuntan a la falta de reposición de mayólicas y azulejos caídos, su reemplazo con materiales de menor calidad y diferente coloración, la falta de tratamiento de las filtraciones, la desatención de los murales y la desidia tanto de Metrovías como de SBASE a la hora de cuidar el patrimonio histórico del Subte.