La vuelta del servicio ferroviario de pasajeros a Pinamar, uno de los ocho ramales cerrados por la actual gestión, se torna cada vez más lejana.
En abril pasado, Trenes Argentinos Operaciones (SOFSA) justificó la decisión de suspender el servicio en “cuestiones de seguridad operacional”, entre las que se citó el mal estado de algunos puentes del ramal.
“Se torna imposible el mejoramiento localizado, teniendo que someterse todo el tramo a una intervención integral que, dada su extensión y considerando que se trata de vía única, implica consecuentemente la suspensión del servicio”, explicaron entonces desde la empresa, alegando que la decisión de cancelar el servicio fue tomada “antes de que colapsen tramos y puentes, lo que podría ocasionar riesgos de accidentes graves”.
A cinco meses, sin embargo, ninguna obra ha sido encarada en el ramal.
De hecho, una contratación directa para la reparación de cuatro puentes en el ramal -que había sido lanzada con antelación a la suspensión- permanece a la fecha pendiente de adjudicación. No es por falta de interesados: un total de cuatro empresas (Pose, Ingeniería Prida Hilbing, Smith Molina y Drayco) se habían presentado para competir por el contrato.
Antes bien, la decisión de pisar la adjudicación de la obra se vincula con el enfriamiento de la Emergencia Ferroviaria que empezó a aplicarse en los últimos meses, especialmente tras el cambio de autoridades en SOFSA y ADIF, pero que también se extiende a Trenes Argentinos Cargas: cada vez son más las contrataciones pendientes de adjudicación, que se suman a otras obras directamente dadas de baja.
El material rodante desafectado del servicio -tres formaciones CAF Serie 593 que habían sido recuperados entre 2020 y 2021 y que se encontraban en orden de marcha al momento de la cancelación- tampoco ha sido aprovechado para cubrir otros corredores necesitados de unidades: los trenes se encuentran almacenados en los talleres de Remedios de Escalada sin destino claro.
Lo que sí ha avanzado desde entonces es el despido de trabajadores afectados a la prestación del servicio: según reportan medios locales, ya son más de 20 los empleados que fueron desvinculados. Considerando ambos factores, el retorno del servicio -oficialmente suspendido “hasta nuevo aviso”- parece cada vez más improbable.
En este sentido, el segundo argumento oficial para justificar la cancelación del servicio -un “déficit de 133 millones de pesos”- pierde fuerza al considerarse el gasto en indemnizaciones, por no hablar del perjuicio económico causado a las comunidades a las que servía el tren.
Una situación similar fue recientemente admitida por el propio Gobierno, que estimó que la paralización de las obras de tres nuevas estaciones en la sección local de la línea Roca le generó al Estado un costo fiscal de 264 millones de pesos, tal como reveló recientemente enelSubte. El hecho pone en entredicho el supuesto ahorro para las arcas públicas resultante de este tipo de medidas.
El Gobierno estima que gastó $264 millones por paralizar las obras de nuevas estaciones en el Roca
El interior bonaerense, el más castigado por la cancelación de servicios
Tal como explicó este medio, la clausura “por goteo” –que ya ha provocado el cierre de ocho ramales y que recuerda a la ensayada durante la gestión Dietrich, en la que dejaron de prestar servicio 12 servicios, Pinamar entre ellos– castiga particularmente a la Provincia de Buenos Aires.
Allí dejaron de circular los servicios Once – Pehuajó, Mercedes – Tomás Jofré y el citado Maipú – General Guido – Divisadero de Pinamar, que discurrían íntegramente por territorio bonaerense, y los servicios Retiro – Justo Daract y Retiro – Palmira, que cubrían localidades al oeste de Junín.
A estos se suma la cancelación del tren a Bahía Blanca, otro servicio netamente bonaerense, que dejó de circular en 2023 y no tiene fecha de retorno. Para peor, sus posibilidades de restablecimiento se ven aún más complicadas por las consecuencias de las inundaciones ocurridas a principios de marzo en esa ciudad y tras el cierre de la estación de Bahía Blanca ocurrido semanas atrás.
En paralelo a esta política de cierre de ramales, el gobierno nacional ha vuelto a la carga con la idea de provincializar los servicios ferroviarios de pasajeros regionales y de larga distancia.
En este sentido, ante el crítico estado de situación, en los últimos meses cobró fuerza la idea de la creación de una operadora ferroviaria provincial. El Ministerio de Transporte bonaerense, de hecho, pidió formalmente a la Nación el traspaso del ramal a Pinamar y el material rodante, con el fin de reactivarlo, aunque al momento no se registran avances en tal sentido.
La suspensión del tren a Pinamar acelera los planes para crear una operadora provincial bonaerense