Que las deficiencias de los distintos modos de transporte están a la vista a nivel nacional no cabe la menor duda, más aún si la Argentina lleva ya 5 años con Ricardo Jaime al frente de la Secretaría de Transporte de la Nación cuya misión no va de la mano con los actos cotidianos.
Pero tampoco hay que dejar de lado las “modas” que se imponen en la sociedad, cuando los medios se plagan de noticias sobre “falta de mantenimiento” en los Subtes, para luego darlos por superados y focalizarse en las “rutas trágicas”.
Ahora la moda le toca al subte, palabra que no deja de sonar en boca de todos desde las últimas campañas electorales en la ciudad, cuando Macri lideraba las propuestas relacionadas con este medio de transporte lanzando una y otra vez su frase de “diez kilómetros por año”.
Luego se sumó la Nación, quien decidió encarar por primera vez en la historia una obra de subte, también en la Ciudad de Buenos Aires, la cual comprende la extensión de la línea E desde su actual cabecera Bolívar hasta Retiro. Las obras, planificadas y licitadas por la Secretaría de Transporte de la Nación, se encuentran actualmente en ejecución.
Quizá el “efecto línea E”, al tratarse del estreno de obras de subte en lo que respecta a la órbita nacional, trajo en Jaime una cierta afinidad por este medio de transporte, lo que lo llevó, quizá, a dar vía libre a una red de subtes en Córdoba, su provincia natal.
Tal es así que gracias a las gestiones oficiales los cordobeces están hoy más cerca que nunca de ver materializado un sueño que ya lleva décadas, y pasar a ser no sólo la segunda ciudad más poblada del país, sino también la segunda en tener trenes bajo tierra.
Este tema se impuso en la agenda folclórica de las antiguas disputas entre las ciudades de Rosario y Córdoba, contrincantes por el sitial de “segunda ciudad de Argentina” con slogans como “Corazón de mi país” o “Cuna de la bandera”.
No fueron necesarias más que 24 horas para que se instale el debate de los subtes en Rosario.
Propuestas
Si bien Rosario también tiene sus proyectos en materia de trenes bajo tierra, bien sabido es que no ha podido concretar ninguno de ellos y, por el contrario, también se encuentra con una serie de inconvenientes en transporte. Sus calles, también colapsadas como consecuencia del creciente parque automotor, más la saturación de los servicios públicos de colectivos y trolebuses, hacen que Rosario y Córdoba estén más cerca de parecerse que de diferenciarse.
Antes de que Córdoba pusiera en boca de todos sus inminentes subtes, Rosario había firmado un acuerdo con la ciudad estadounidense de San Francisco para la cooperación de transporte público. El convenio, firmado el pasado 5 de abril, consiste en el estudio de ejecución de un corredor norte-sur del área metropolitana de Rosario que analizará la implementación de servicios ferroviarios regionales de pasajeros. Además, estudiará el desarrollo de un servicio metropolitano de transporte de pasajeros a través de metro, pre-metro y tranvías, y el emplazamiento estratégico de la Estación Unica Multimodal de pasajeros. El acuerdo fue rubricado por el intendente Miguel Lifschitz y el director ejecutivo de la Autoridad Municipal de Transporte de San Francisco, José Luis Moscovich.
Sin embargo esto parece haber pasado a segundo plano ya que lo sucedido en Córdoba cambió los planes de Rosario. Con el debate instalado la pregunta ahora es si la ciudad de la bandera necesita subtes o trenes urbanos y el factor determinante sería, otra vez, el económico.
En estos últimos días la Municipalidad de Rosario trabaja en torno a dos estudios que buscan conformar un esquema de necesidades y alternativas para reformular el transporte urbano e interurbano en esa área metropolitana.
Uno de los proyectos se refiere al ya mencionado corredor norte-sur, que se plasmaría en parte con un recorrido de trolebuses que atravesaría Rosario uniendo los barrios de Granadero Baigorria con Villa Gobernador Gálvez.
El otro es un estudio que una consultora realizará, merced a un convenio con la Secretaría de Transporte de la Nación, para analizar distintas posibilidades para montar un sistema de trenes regionales en esta zona. Entre las opciones están el metro, premetro, tranvía y subterráneo y “ninguna se descartará de antemano” hasta dentro de 10 meses, cuando la investigación muestre sus conclusiones, sostuvo la titular del Ente de Transporte municipal, Mónica Alvarado. “Se podrían desarrollar tramos subterráneos y otros elevados”, indicó al diario santafesino La Capital.
Por otro lado, el director del Instituto de Estudios del Transporte de la Universidad Nacional de Rosario, José Adjiman, consideró que la ciudad no está preparada para encarar una red de subterráneos, “a menos que sea fuertemente subsidiada por el Estado no sólo para construirla sino también para su explotación comercial”.
“El vecino no podría afrontar el servicio y como acá no existe la red, habría que construirla, lo que también requeriría ayuda estatal. Así, no se ve muy viable”, señaló Adjiman, más allá de considerar que el subte mejoraría la circulación.
Al debate se sumó el decano de la Facultad de Arquitectura de la UNR, Héctor Floriani, quien fomenta más el proyecto de reutilizar los tendidos ferroviarios que atraviesan la ciudad para instalar un tren interurbano y, si se puede, soterrar las vías en los tramos céntricos. “Un tren así facilitaría las cosas para los estudiantes del cordón industrial de Rosario. Y en ese hipotético camino, este tren interurbano se transformaría en tranvía y compartiría la calzada con otros vehículos como sucede sin problemas en ciudades como Los Angeles, donde usted toma un subte y al rato se encuentra viajando por la calle, al lado de un colectivo”.
Igualmente, como todos sabemos, la última palabra la tendrá el poder político de turno, y no parece ser de preferencia entre los concejales de Rosario la idea de construir subtes.
El concejal radical Jorge Boasso prefiere su proyecto de trenes elevados o monorriel, cuyo costo “representa un 20 por ciento” de lo que saldría montar una red de subtes. “No tiene sentido romper toda la ciudad para hacer el subterráneo cuando el mismo objetivo puede cumplirse con el monorriel”, sostuvo el concejal, aludiendo a la ciudad australiana de Sidney.
El socialista Miguel Pedrana dijo que “Rosario tiene otras prioridades”, y abogó por “crear y mejorar otros servicios, antes que pensar en subterráneos”. Osvaldo Miatello, en cambio, la idea de un subte rosarino le pareció muy útil para solucionar los problemas de tránsito que sufre esa ciudad.
Habrá que ver lo que piensan los rosarinos de todo esto. Un buen método es el de las encuestas, cuyos resultados a veces pueden sorprender, como lo fue en el caso de Buenos Aires cuando la realizada días atrás por Clarín arrojó que casi el 70% de entre 20 mil votantes prefiere al subte como mejor medio de transporte.
En Córdoba, La Voz del Interior da al subte como un hecho y consulta en qué aspectos beneficiará a la ciudad mediterránea, donde hasta ahora gana “tránsito vehicular” casi con el 50%.
Encuesta del matutino cordobés La Voz Del Interior
Metro, premetro, tranvía o subtes. ¿Qué hará Rosario con sus transportes? ¿Los apenas 100 mil habitantes que la alejan de ser la segunda ciudad del país serán motivo suficiente para no tener subterráneos como los que sí contará Córdoba?