El 19 de abril de 2001, fecha de la que se cumplen hoy 20 años, no fue un día más para el Subte. Por primera vez desde la década de 1930 se iniciaban las obras de una nueva línea de subterráneo.
Ese día comenzó la construcción del primer tramo de la línea H, entre las estaciones Once y Caseros (unos 3,5 km de extensión y cinco estaciones).
El inicio de los trabajos de la línea H constituía todo un hito: no sólo se trataba de la primera línea nueva en 70 años –la primera por fuera de la red histórica–, sino también era la primera línea en ser íntegramente diseñada por Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), todo un hito considerando que la “red” porteña no es otra cosa que el resultado de la integración de las líneas de tres compañías privadas diferentes, que respondían a criterios, concepciones y especificaciones técnicas disímiles.
A su vez, se trataba de la primera línea concebida para atender al sur profundo de la Ciudad, integrando a barrios que hasta ese entonces no estaban conectados al Subte. En línea con este espíritu, el acto de inicio de las obras se llevó a cabo en el sur porteño: las obras quedaron simbólicamente iniciadas con la colocación del primer pilote de la estación Inclán.
El acto oficial de inauguración de los trabajos estuvo encabezado por el entonces jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, quien estuvo acompañado por la vicejefa Cecilia Felgueras, el secretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala, y el presidente de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), Alejandro Nazar Anchorena.
“No estamos llevando el subte al Sur, estamos integrando la ciudad. Hasta ahora, todos los caminos conducían al microcentro, ya que respondían a una concepción radial: conectaban la periferia con el puerto de la ciudad. La línea H responderá a una concepción descentralizadora, donde no todo deberá pasar por el centro”, explicaba Ibarra.
En un sentido similar se expresaba Nazar Anchorena, quien aseguraba que “la actual red de subtes no fue producto de ninguna planificación. En distintas épocas, diferentes emprendimientos solo coincidieron en llegar hasta Plaza de Mayo”.
La línea H y el crecimiento del Subte
El proyecto de la línea H, si bien registraba antecedentes previos, había comenzado a tomar su forma definitiva en la segunda mitad de la década del 90, como proyecto emblema de la intendencia de Fernando de la Rúa, primera tras la autonomía porteña.
Tras algunos años a la deriva luego de perder el manejo del Subte con la privatización (desde 1994 la red estaba concesionada a Metrovías, cuya supervisión dependía del Estado nacional), Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) adquirió durante ese tiempo, bajo la presidencia de Nazar Anchorena, un perfil orientado a la extensión de la red.
Así, se completó la extensión de la línea D a Belgrano (ejecutada por etapas entre 1997 y 2000, cuando fue inaugurada la terminal Congreso de Tucumán) y se iniciaron los estudios o las licitaciones para las extensiones de las líneas A, B y E.
No conforme con esto, SBASE comenzó a impulsar el proyecto de la nueva línea H, que cristalizó en la ley 317, sancionada por la Legislatura en 1999. Una vez aprobada la ley, se iniciaron velozmente los trámites y se lanzó la licitación para la construcción del primer tramo.
Nazar Anchorena defendía la decisión de fragmentar la obra: “seguimos la filosofía del Metro de París: no licitar grandes obras, sino de a pocas estaciones. De esta manera, los contratos son más fáciles de manejar“, había explicado entonces al diario Clarín. El objetivo, explicaba el funcionario, era “construir entre 5 y 6 kilómetros de Subte por año”.
La apertura de sobres de la licitación tuvo lugar en abril de 2000, pocos días antes de la inauguración de la estación Congreso de Tucumán. Se presentaron siete consorcios: la UTE Dycasa-Dragados, Ormas, UTE SADE-Hochtief, Techint, Benito Roggio, UTE Cartellone-Iglys-Impregilo y Comercial del Plata, todos ellos con ofertas por debajo del presupuesto oficial.
Finalmente, en octubre de ese año, la obra fue adjudicada a la UTE Dycasa-Dragados, que había presentado la oferta más económica. Meses más tarde, el 1° de diciembre –fecha elegida por ser el aniversario del Subte– se firmó el contrato entre SBASE y la constructora, con la previsión de que los trabajos comenzarían en tres meses.
Las obras, tal como se detalló más arriba, comenzaron finalmente en abril, con la perspectiva de terminarse para mediados de 2004. La grave crisis económica, política y social que sacudió a la Argentina a partir de fines de 2001, sumada a complejidades propias de la obra, obligaron a retrasar los trabajos, que no culminaron sino hasta mayo de 2007.
No obstante, y a pesar de que la obra se ejecutaba con presupuesto corriente del Gobierno de la Ciudad y del Fondo Permanente para la Ampliación de la Red de Subterráneos –producto de una ley nacional de 1987 que continúa vigente–, los trabajos nunca se detuvieron.
El tramo Once – Caseros de la línea H sería finalmente inaugurado al público en octubre de 2007. En los años siguientes, la línea continuaría siendo extendida progresivamente, a paso lento pero firme, con la inauguración de las estaciones Corrientes (2010), Parque Patricios (2011), Hospitales (2013), Córdoba y Las Heras (2015), la intermedia Santa Fe (2016), y Facultad de Derecho (2018). El crecimiento de la línea no sólo ha sido en kilometraje y estaciones, sino también en pasajeros: la H ya superó a la línea E en cantidad de pasajeros transportados.
No obstante, a 20 años del inicio de obras, la línea permanece inconclusa por ambos extremos y sufrió recortes en su trazado original.
Su cabecera sur, la estación Nueva Pompeya, fue suprimida en 2015 a instancias de SBASE con el argumento de complejidades en el suelo. La nueva cabecera sur, la estación Sáenz, fue licitada hace diez años pero sus obras nunca comenzaron y no tienen ninguna fecha prevista. En el sector norte las cosas no son muy distintas: el tramo hasta Retiro no tiene fecha alguna y ni siquiera ha sido licitado. La reubicación de la estación Facultad de Derecho y la modificación de la traza, cambiando la Avenida del Libertador por el Barrio 31, ha tornado inviable su concreción en el mediano plazo.
A dos décadas de aquel acto en Inclán, el panorama del Subte resulta sombrío no sólo para la línea H: por primera vez en medio siglo no hay ninguna estación de Subte en obra, siquiera en las líneas existentes, y las líneas F, G e I tampoco tienen fecha de inicio prevista. La construcción de la línea F ha sido calificada como “locura” por el secretario de Obras y Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez, y la licitación de sus estudios ya ha sido postergada diez veces.