El año prometido para que la línea B circule desde Leandro N. Alem hasta la esquina de Triunvirato y Monroe, en Villa Urquiza, es 2011. Uno a uno, los anuncios anteriores fueron cayendo en saco roto ante la ligera planificación política de los sucesivos gobiernos. Es que si nos hubiéramos guiado por los plazos contractuales originales, 39 meses a partir de noviembre de 2004, esta obra se habría inaugurado en el primer semestre de 2008.
Sin embargo, más allá de cierta demora en el desarrollo del túnel principal y de las nuevas estaciones, todavía está pendiente la adjudicación de la construcción de las cocheras, donde estacionarán los trenes por la noche. En otras palabras, falta cavar 800 metros de túnel hasta la calle Iberá e instalar, además, las vías, las señales y la subestación eléctrica.
“En menos de un mes se abrirán los sobres con las ofertas para estas obras y antes de fin de año debe haber un contratista en condiciones de iniciar los trabajos”, dice Juan Sayús, ingeniero de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (Sbase) y responsable de la extensión del ramal que unirá las estaciones Leandro N. Alem con Villa Urquiza. Este profesional trabajó en las estaciones Ministro Carranza, Olleros, José Hernández, Juramento y Congreso de Tucumán, todas de la línea D, y Tronador y los Incas, de la línea B. “Hubo una disminución en el ritmo de obra en el segundo semestre de 2007, pero nunca se paralizó”, asegura Sayús, sin ahondar en las razones de la flexibilidad de los plazos, presumiblemente políticas y económicas.
Para Miguel Angel Politis, presidente de la Asociación de Comerciantes de Villa Urquiza, la postergación es decepcionante. “El anuncio de la llegada del subte encareció el precio de las propiedades y de los alquileres de los locales comerciales. El Estado es responsable. Hay cierto malestar y preocupación por la incertidumbre respecto de la fecha de apertura de las estaciones”, plantea Politis, convencido de que Villa Urquiza se convirtió en una plaza costosa antes de tiempo, lo que motivó el cierre de muchos negocios.
Para Gabriel Di Massio, dueño de un restaurante en Triunvirato y Monroe, la dilatación produce trastornos. “El obrador tapa buena parte de la vidriera, además de generar mucho ruido y suciedad”, se queja.
Si bien los plazos de obra están vencidos, las actuales autoridades de SBASE miran hacia delante. “Esta gestión será de cara al futuro, ya que la gente quiere ver resultados y no tanto conocer las demoras. Necesitamos avanzar en las obras complementarias y poner punto final a la extensión de esta línea. El túnel y las estaciones estarán listos en septiembre de 2009, pero la obra completa concluirá en 2011. No queremos precisar un mes, porque los vecinos ya se desilusionaron varias veces”, aclara Jorge Agote, vocero de SBASE.
El contrato de las cocheras podría empezar a fin de año, por 30 meses. Así, en el mejor escenario, la habilitación del servicio que uniría Villa Urquiza con Alem y Corrientes se podría concretar en el segundo semestre de 2011.
enelSubte.com conversó con trabajadores a cargo de la obra. Varios andenes tienen los pisos terminados y los sistemas de ventilación e iluminación parcialmente colocados. El túnel está realizado en un 98 por ciento, mientras que las estaciones Echeverría y Villa Urquiza tienen un avance del 75 y el 67 por ciento, respectivamente. De los 200.000 metros cúbicos de tierra removida que comprende esta obra queda pendiente cavar 30; y de los 70.000 metros cúbicos de hormigón, faltan inyectar 150. Además, los obradores de calzada tienen los días contados, por lo que pronto la avenida Triunvirato quedará completamente liberada al tránsito. La obra se finaliza en diciembre de este año y podría ser inaugurada el año próximo, dicen en el obrador.
La construcción de las dos nuevas estaciones, cuyo contratista es Benito Roggio e hijos, implica una inversión de unos 160 millones de pesos. El túnel excavado desde la avenida de los Incas hasta Monroe tiene 1650 metros de largo, de los cuales 300 corresponden a las estaciones. Los Incas y Echeverría estarán separadas por 750 metros, mientras que entre Echeverría y Villa Urquiza habrá una distancia apenas mayor a medio kilómetro. La futura estación cabecera está enterrada casi 20 metros debajo de la calzada, a fin de permitir la construcción de un viaducto en Triunvirato, rechazado por los vecinos de Villa Urquiza, o en su defecto, el soterramiento del ferrocarril.
De no surgir imprevistos, a fines de 2011 los vecinos de Villa Urquiza podrán viajar al centro en 25 minutos. De no renovar su mandato, Mauricio Macri estaría ausente en el tan esperado corte de cintas. Una paradoja para quien había prometido construir 10 kilómetros de subtes por año.
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