La empresa municipal de transporte rosarina, MOVI, presentó cuatro nuevos coches diésel convertidos a trolebús.
Con esta incorporación, que es el último lote de una licitación lanzada el año pasado que comprendía la conversión de 10 colectivos (ver abajo), dejaron de circular las unidades más antiguas de la línea K, tal cual estaba previsto por las autoridades locales.
“Hemos cumplido con algo muy importante, encontrando la forma de solucionar un gran problema que es la reconversión de coche eléctrico y además sin que se pierda nada de la mística que la línea K tiene”, comentó el intendente Pablo Javkin en el acto de presentación.
Prometen renovar la totalidad de la flota de trolebuses en Rosario
El coche 08, el único de la flota original de coches Volvo-Marcopolo-Powertronics de origen brasileño que no fue recarrozado, será incorporado como unidad histórica de la empresa, detallaron.

Los trabajos en las unidades, a cargo de la firma Inventu, fueron licitados tras los buenos resultados en la conversión de cinco coches en el marco de un proyecto conjunto con la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y empresas locales.
En este sentido, la licitación lanzada en julio de 2024 contempló la conversión de 10 colectivos adicionales. Las tareas incluyeron “los trabajos de recarrozado, reconversión de los coches diesel a eléctricos [y la incorporación de] todos los elementos establecidos para prestar servicio en el transporte urbano de pasajeros”.
Las unidades cuentan con piso bajo, sistema de aire acondicionado frío-calor y un máximo de velocidad de 60 kilómetros por hora, detallaron desde el municipio.
Los nuevos colectivos se suman a la flota actual, que hasta el momento de la incorporación estaba compuesta de los citados coches Volvo-Marcopolo-Powertronics de origen brasileño -incorporados en la década de 1990 y recarrozados desde 2011- y por unidades Trolza Megapolis adquiridas a Rusia a mediados de la década pasada.
La situación de la línea Q
Los coches Trolza funcionaron durante varios años en la línea Q, inaugurada en 2017, que conectaba a la Ciudad Universitaria con la zona sur de Rosario.
Para la puesta en marcha de esta línea, se adquirieron unidades que podían funcionar tanto conectadas a la red eléctrica como con batería. De esta manera, los coches operaban con catenaria en el tramo compartido con la línea K y con baterías en el resto de la traza.
A partir de 2023, sin embargo, comenzaron a reportarse recurrentes fallas en las baterías de las unidades rusas, sobre todo en épocas de altas temperaturas. El cierre de Trolza, en 2020, agravó la situación, ante la imposibilidad de solicitar asistencia técnica al fabricante. Finalmente, la línea dejó de circular ante la falta de coches en condiciones operativas. El servicio sigue suspendido hasta la actualidad y no hay perspectivas de que sea reanudado próximamente, ya que los nuevos coches reconvertidos solo pueden funcionar conectados a las catenarias.

Las unidades Trolza actualmente funcionan en la línea K sin utilizar las baterías –solamente con la alimentación vía catenaria–, aunque no se encuentran exentas de otros inconvenientes, como el desgaste producido por el mal estado de las calles.
La incorporación de las unidades reconvertidas permitirá mejorar sensiblemente las prestaciones de la única línea de trolebuses activa en la ciudad. Sin embargo,los esfuerzos puestos en la línea K contrastan con la incertidumbre sobre la línea Q, cuya vuelta parece difícil en el actual contexto.
Por otra parte, los proyectos impulsados por la Municipalidad de Rosario en años anteriores, para recuperar dos de las líneas históricas de la red de trolebuses -la M, Rosario Sur – Terminal de Ómnibus, y la I, Plaza Alberdi – Plaza Sarmiento-, parecen haber quedado en el olvido. En aquel entonces, la iniciativa había fracasado por la resistencia del Concejo Deliberante, que se oponía a la toma de deuda para construir la infraestructura y adquirir los vehículos necesarios.
En este sentido, Javkin comentó respecto al futuro del transporte en la ciudad santafesina que “de acá en más hay un montón de cosas para pensar, si recuperar la línea M o incluso asociarnos con otras ciudades para darle impulso a la producción de coches eléctricos”.
Cabe recordar que en la actualidad sólo Rosario y Córdoba conservan líneas de trolebuses en operación. En la ciudad mediterránea, las prestaciones son complementadas con ómnibus convencionales.
Mendoza, que supo tener una de las redes más extensas del país, comenzó en la última década el “cambio de tracción” a ómnibus diésel, e inició los trabajos para desmantelar la infraestructura de catenarias, abandonando definitivamente este medio de transporte.


