La constructora Benito Roggio tiene una amplia trayectoria en la construcción de obras públicas en nuestro país. Tal es así que esto le permite estar siempre un paso más adelante de sus competidores, por lo menos en lo que respecta al Subte. Según pudo saber este medio, empleados de Roggio abocados actualmente a las obras de extensión de las líneas A, B E y H serán asignados a una tarea vital que le dará a la compañía amplias posibilidades de asegurarse un lucrativo contrato: la construcción de la línea G entre Retiro y Villa del Parque utilizando tuneleras, lo que permitirá encarar la obra en un plazo aproximado de tres años.
En extensiones anteriores, Roggio aplicó esta misma metodología. Cuando se comentaba que se realizarían la cochera de la línea B y la extensión de la E, Roggio envió personal de otras obras que tenía en curso para SBASE para realizar los estudios de suelos de estos, por entonces, nuevos proyectos. Así, al momento de presentar las ofertas en la licitación, la constructora se aseguraba de tener ya finalizado un paso vital para la construcción de Subtes, ya que permite detectar no sólo los tipos de suelos con los que se trabajarán sino también las interferencias que se encuentran en la traza definida.
En Subterráneos de Buenos Aires causan singular preocupación estos prematuros trabajos que encarará Roggio a partir de la semana que viene. Desde que el macrismo asumió el control de la Capital, uno de los principales debates en lo relativo a la infraestructura de subtes es cómo se realizarán las licitaciones. Habitualmente, SBASE se encargaba del diseño e ingeniería de detalle de la obra, mientras que la ejecución se delegaba en una empresa escogida por licitación. Sin embargo, el ministro de Desarrollo Urbano Daniel Chaín es partidario de la metodología “llave en mano”, utilizada en ciudades como Santiago de Chile y que delega la responsabilidad del diseño, construcción y equipamiento de la obra en una única empresa que luego la entrega lista para ser puesta en servicio.