Rodríguez Larreta se pronunció de esa manera en un intercambio radial con periodistas del programa de Chiche Gelblung en Radio Mitre, que lo interrogaron sobre el futuro de los coches belgas tras su retiro del servicio. En medio de la conversación, que intentó ser jocosa pero en realidad terminó siendo irrespetuosa hacia el patrimonio cultural de la Ciudad, Larreta sugirió a uno de los periodistas que “podés hacerte un asado” con uno de los coches que aquel ofreció comprarle al Gobierno.
Este tipo de expresiones pueden esperarse de quienes no tienen a su cargo el cuidado del patrimonio público de la Ciudad, pero resultan intolerables y repudiables cuando provienen de una de las máximas figuras del Gobierno porteño. Se podrán hacer cientos de auditorías para determinar si los coches La Brugeoise son o no seguros para el servicio o si son compatibles con material rodante moderno, pero su valor como ícono de la identidad porteña está fuera de discusión. Una simple visita a la línea A bastaría para aliviar la supina ignorancia de quienes están en el edificio de la Jefatura de Gobierno sobre estos aspectos: cientos de turistas al día que sacan innumerables fotos a los coches, que preguntan a los pasajeros habituales cuándo fueron fabricados y que luego suben videos a Youtube. Tanto gustan los líderes de este Gobierno porteño de la tecnología y de la comodidad de las poltronas que bien podrían hacer una búsqueda en dicho sitio y comprobarlo por ellos mismos.
Resultan llamativas estas declaraciones en boca de un miembro de una gestión y de un partido que permanentemente reivindican cómo se hacen “las cosas” en “los países serios”, que siempre son Europa y Estados Unidos. ¿Sabrá Rodriguez Larreta que en ciudades como Milán y Oporto circulan tranvías de madera de principios de siglo prefectamente preservados y modernizados? ¿Sabrá el jefe de Gabinete que en Melbourne, Australia conviven tranvías de última generación con los más antiguos? ¿Estará enterado Rodrigiez Larreta que “los países serios” que él y su jefe Mauricio Macri tanto admiran los trenes no se chatarrean ni se “hacen asado” sino que se restauran y se conservan tanto en museos como en circulación para eventos especiales, sino directamente en servicio comercial adaptados a las necesidades y estándares modernos?
Señor jefe de Gabinete: sugiérales a los alemanes, franceses, húngaros, ingleses, españoles, australianos, portugueses e italianos que tiren sus viejos coches, que los “hagan asado” o que los vendan a cualquier oportunista que necesite hacerse un “galponcito en el fondo” o un teatro para títeres. Sería interesante ver qué le responden. Ya perdió Buenos Aires sus tranvías, aquellos que llevaron a los visitantes que festejaron el Centenario a apodar a la Ciudad “La Cité des Tramways” y al presidente francés, Geroges Pompidou, a exclamar que “los argentinos usan el tranvía hasta para ir al baño”. No perdamos también los coches del subte A: usted y su Gobierno tienen la obligación de cuidar el patrimonio histórico, que es de todos.
Escuchar audio Rodríguez Larreta en Radio Mitre