“El valor patrimonial e histórico de estas formaciones amerita su acondicionamiento, control técnico y puesta en operatividad conjuntamente con el resto de los trenes, manteniendo su presencia en la cotidianeidad de los habitantes de la Ciudad”, sostiene el texto del legislador, que insta a proteger los coches “La Brugeoise”.
Para ello, expresa que “que a los efectos de su salvaguarda”, la empresa Subterráneos de Buenos Aires, dependiente del Estado porteño, será “responsable del mantenimiento, debiendo garantizar el perfecto estado de conservación, procurando su restauración en condiciones que se encontraban originariamente, en sus partes y en el todo”.
El proyecto del legislador surgió a poco de la implementación, por parte del Gobierno de la Ciudad, del cierre de la línea A de subtes por un período que podría extenderse por 60 días para renovar los coches y reemplazar parte de la flota, entre los que figuran los históricos vagones.
La medida fue confirmada días atrás por funcionarios porteños, entre ellos, el jefe de gabinete porteño que, en declaraciones radiales, dijo primero que pensaban poner los vagones “en una plaza para teatro para chicos” y luego sugirió que podrían servir “para un asado, mientras nos inviten”.
Para Ibarra, los coches La Brugeoise, que deben su nombre a la empresa belga donde fueron fabricados Brugeoise et Nicaise et Delcuve, “se conformaron como parte del patrimonio cultural de la ciudad”.
“Las anécdotas y los recuerdos dejados en el público por estos tranvías antiguos, así como la fascinación que causan los vehículos de otras épocas por el refinamiento y detalles constructivos, han iniciado en el mundo una corriente de revalorización de su imagen y presencia”, agrega.
por Ambito