La Municipalidad de Rosario prevé completar la renovación de la totalidad de la flota de trolebuses durante este año.
El anuncio fue hecho por el intendente de la ciudad, Pablo Javkin, en ocasión de la apertura de sesiones del Concejo Municipal de Rosario.
“Después de 30 años vamos a renovar completamente la línea K, con coches diésel reconvertidos en troles (…) Para agosto ya estarán circulando nueve coches más, con la totalidad de la flota renovada”, explicó el jefe comunal.
A este anuncio se sumó la incorporación de una sexta unidad reconvertida (el coche 38), que se agrega a los cinco coches reconvertidos que ya estaban en funcionamiento, y que es la primera de una partida de diez unidades adicionales contempladas en una licitación lanzada el año pasado.
Rosario avanza con la reconversión de colectivos diésel a trolebuses
Cabe destacar que los primeros coches fueron incorporados mediante un trabajo conjunto entre la empresa de transporte municipal MOVI, la Universidad Nacional de Rosario y la empresa Inventu, quien resultó posteriormente ganadora de la citada licitación para avanzar con más unidades (ver abajo).
Estas unidades reforzaron la flota ya existente, compuesta por coches Volvo-Marcopolo-Powertronics de origen brasileño -incorporados en la década de 1990 y recarrozados desde 2011, a excepción del coche 08 que conserva su carrocería original- y por unidades Trolza Megapolis adquiridas a Rusia a mediados de la década pasada.
En relación a los anuncios, Mariano Antenore, integrante de la Asociación Rosarina Amigos del Riel comentó a enelSubte que “es en definitiva meritoria la búsqueda de la preservación del transporte eléctrico tradicional en Rosario, considerando que en Mendoza se optó por desmantelar el sistema y en Córdoba no hay proyectos de comprar nuevos trolebuses”.
Sin embargo, matizó que si bien el “desarrollo local acaso es una de las únicas alternativas en la actual coyuntura, […] ello debería significar el ensamble sobre chasis y carrocerías nuevos y modernos, en lugar de utilizar viejos ómnibus ya extenuados. Se entiende que esta puede ser una solución para salir del paso. El mediano plazo dirá si estas experiencias son rendidoras y aseguran la continuidad del modo eléctrico, que ya tiene casi 66 años en la ciudad“.
El especialista, además, cuestionó la licitación, “de la que resultó ganadora la misma empresa que proveyó el desarrollo eléctrico de los coches anteriores. Ello fue así por la especificidad de los términos de referencia del pliego, que colocaba en inferioridad de condiciones a otras firmas que pudieran tener interés en presentarse”.
Línea Q: incertidumbre
La línea Q fue inaugurada en 2017, conectando a la Ciudad Universitaria con la zona sur de Rosario.
Para la puesta en marcha de esta línea, se adquirieron unidades Trolza modelo Megápolis que funcionaban conectadas a la red eléctrica y con batería para circular de forma autónoma. Esto se debe a que gran parte del tramo se realizaba sin catenarias, y el resto del recorrido era compartido con la línea K, donde funcionaba conectada a la red que permitía, a su vez, la recarga de las baterías.
Sin embargo, en 2023, ante recurrentes fallas en las baterías de las unidades rusas, sobre todo en épocas de altas temperaturas, y la imposibilidad de solicitar asistencia técnica al fabricante –cerró sus puertas en 2020– la línea dejó de circular ante la falta de coches. La ausencia de catenarias en el tramo no compartido con la línea K impidió utilizar flota existente para garantizar el servicio, que hasta el día de hoy sigue suspendido y sin perspectivas de volver en el corto plazo.
Las unidades Trolza actualmente funcionan en la línea K sin utilizar las baterías –solamente con la alimentación vía catenaria–, aunque no se encuentran exentas de otros inconvenientes, como el desgaste producido por el mal estado de las calles.
La incorporación de estas 10 unidades reconvertidas permitirá mejorar sensiblemente las prestaciones de la única línea de trolebuses activa en la ciudad. Sin embargo, los esfuerzos puestos en la línea K contrastan con la incertidumbre sobre la línea Q, cuya vuelta parece difícil en el actual contexto.
Por otra parte, los proyectos impulsados por la Municipalidad de Rosario en años anteriores, para recuperar dos de las líneas históricas de la red de trolebuses -la M, Rosario Sur – Terminal de Ómnibus, y la I, Plaza Alberdi – Plaza Sarmiento-, parecen haber quedado en el olvido. En aquel entonces, la iniciativa había fracasado por la resistencia del Concejo Deliberante, que se oponía a la toma de deuda para construir la infraestructura y adquirir los vehículos necesarios.
Cabe recordar que en la actualidad sólo Rosario y Córdoba conservan líneas de trolebuses en operación.
Mendoza, que supo tener una de las redes más extensas del país, comenzó en la última década el “cambio de tracción” a ómnibus diésel, e inició el año pasado trabajos para desmantelar la infraestructura de catenarias, abandonando definitivamente este medio de transporte.