En los últimos meses, las demoras y cancelaciones en la línea Mitre se han convertido en moneda corriente durante todos los días de la semana.
Desde hace semanas, Trenes Argentinos se limita a informar que la situación se debe a “problemas técnicos”, aunque sin ahondar en las verdaderas causas de las demoras.
Según pudo reconstruir enelSubte, el motivo principal de los problemas de funcionamiento de la línea se debe a la falta de finalización de los trabajos en la estación Retiro Mitre. Este hecho que se combina con otros factores coyunturales como el robo de cables, la paralización de las obras de renovación de vías del ramal Tigre -que obligó a la extensión de sus tiempos de viaje totales- y el fuerte ajuste en el gasto para reparaciones corrientes, que es transversal a todo el sistema ferroviario.
Si bien la obra de Retiro ya registraba un 80% de avance, aún restan terminaciones vinculadas al sistema de señalamiento. Vale recordar que el proyecto contemplaba la puesta en marcha de un sistema con enclavamiento electrónico controlado desde un datacenter, destinado a cubrir el sector comprendido entre la estación y el Empalme Maldonado.
Fuentes al tanto de la obra explicaron a este medio que los trabajos están “prácticamente frenados”: en los últimos meses se ralentizó fuertemente el ritmo de ejecución debido a falta de pago a los contratistas a cargo del proyecto y el avance de los trabajos es apenas nominal.
“Si bien es un proyecto financiado por el Banco Mundial y los fondos están más o menos asegurados, hay deuda de la gestión anterior y actualmente no se maneja ningún horizonte para los pagos“, aseguró a enelSubte un funcionario de línea técnica de Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF) que pidió estricta reserva.
Caos en la línea Mitre: el servicio se degrada al peor nivel en una década
Vale recordar que el proyecto del Banco Mundial para la línea Mitre, lanzado a fines de 2020, no solo comprende las citadas obras de Retiro y la renovación de vías del ramal Tigre, sino también la extensión de la electrificación a El Talar y Benavídez, y la construcción de dos nuevas estaciones (Facultad de Derecho y Empalme Bancalari), entre otras intervenciones sobre estaciones e infraestructura eléctrica.
El proyecto tiene asignado un crédito de 347 millones de dólares, que iba a ser ampliado en 100 millones adicionales, aunque actualmente se encuentra en una indefinición total: la licitación para la electrificación Victoria – El Talar fue cancelada en abril pasado tras cinco postergaciones, mientras que la ya adjudicada obra de renovación del ramal Tigre se encuentra paralizada. En tanto que los aspectos aún no licitados han sido aplazados sin fecha.
Línea Mitre: tras cinco postergaciones, cancelaron la obra de electrificación Victoria – El Talar
El freno a las obras y el malestar empresario
El freno a los proyectos con financiamiento internacional no afecta únicamente a la obra de la línea Mitre, sino a muchas otras iniciativas. Tal como explicó este medio en un informe especial, también se encuentran paralizadas obras de gran importancia como el viaducto de la línea Belgrano Sur a Constitución o la reconstrucción de la estación Avellaneda de la línea Roca, entre otros proyectos. A esto se suma, desde ya, el sinfín de obras ferroviarias que se ejecutaban con presupuesto corriente, también paralizadas.
La prolongación de la situación de parálisis en los proyectos actuales, y la cancelación de licitaciones vinculadas a futuras obras -tal el caso de la electrificación Victoria – El Talar, que ya fue dada de baja, o la virtual suspensión de la renovación de vías Retiro – Pilar de la línea San Martín- comienza a generar un fuerte malestar en el sector empresario.
Ante la consulta de enelSubte, un ejecutivo de un importante grupo local manifestó que “la falta de pago nos golpea muchísimo y nos compromete frente a nuestros proveedores. Ya son muchos meses sin actividad y sin novedades. Venimos aguantando pero no sabemos cuánto tiempo más vamos a poder aguantar“.
En similar sentido se expresó esta misma semana el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss, quien expresó su preocupación por la cantidad de obras paralizadas, que “no tienen perspectiva de solución a los aspectos contractuales pendientes ni acerca de un eventual reinicio”.
El empresario, titular de la constructora Eleprint, instó al Gobierno a “completar las obras en curso evitando su deterioro y el despilfarro de lo ya invertido; y reiniciar las tareas de mantenimiento de la infraestructura existente, para evitar recuperaciones tardías -más costosas- y para evitar peligros a la seguridad”. “Es un enorme dispendio de dinero no conservar lo existente. Recuperarlo será mucho más caro que lo que cuesta un mantenimiento en tiempo y forma”, enfatizó.
Aunque acostumbrados a los vaivenes de la economía y la política nacionales, los hombres de negocios coinciden en señalar que la falta de diálogo y de respuesta es una particularidad del actual proceso. Sin ir más lejos, el área del Estado encargada de gestionar los proyectos de transporte con financiamiento internacional -la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DGPPSE), que dependía del ex Ministerio de Transporte y fue transferida al de Economía- permanece sin titular desde el cambio de gestión, ocurrido hace más de seis meses.