Desde diciembre de 2009, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) realiza gestiones en China para poder llevar adelante la construcción de la línea G salvando al menos dos de las principales barreras que impiden un rápido progreso de las obras: la tecnología constructiva y el financiamiento. Juan Pablo Piccardo, titular de la empresa estatal, viaja regularmente al Lejano Oriente para seguir de cerca las negociaciones entre los equipos técnicos de SBASE y los de China Railway Engineering & Construction (CREC), un verdadero coloso cuya facturación anual ronda los 50.000 millones de dólares y en donde trabajan cerca de 270.000 empleados. Mientras tanto, otro equipo trabaja con el Eximbank para conseguir el financiamiento para una obra importante para la red de Subtes: la línea G.
Esta línea unirá Retiro con Villa del Parque, funcionando tanto como línea radial y transversal. El objetivo de SBASE es que esté completamente operativa en no más de tres años, por lo que es imprescindible un cambio en la metodología de construcción en favor de las “Tunnel Boring Machine”, más conocidas como “tuneleras”. Estas máquinas perforan el túnel al mismo tiempo que instalan su estructura utilizando bloques de hormigón prefabricados llamados “dovelas”. En Buenos Aires, estas máquinas se están usando en la construcción de dos canales aliviadores del arroyo Maldonado: el primero de ellos, de unos cinco kilómetros de longitud, ya fue terminado. Para dicha obra se estimó que la TBM podría excavar 15 metros de túnel por dia, aunque se registraron picos de avance de 40 metros diarios. En contraste, en las obras de extensión del Subte realizadas en la última década se ha registrado un avance promedio de 4 metros por semana.
Esta tecnología será provista por CREC, quien también se hará cargo de la ingeniería, arquitectura y equipamiento de la obra con material rodante incluído mediante la metodología “llave en mano”. A su vez, China proveería el financiamiento a través del Eximbank a un interés de 3,7% anual y a quince años de plazo. Según informó Piccardo, aún resta definir el precio final del convenio y acordar las condiciones finales del acuerdo financiero. No obstante, el comienzo de las obras queda sujeto a la aprobación de la Legislatura ya que significaría contraer endeudamiento externo.
En SBASE se respira un clima optimista tras un olvidable 2009 signado por las crisis internas, la parálisis de obras en marcha y un raquítico financiamiento. En ese sentido, también se espera darle impulso a otra demorada y largamente prometida pieza del plan de expansión de la red de Subtes: la línea F, que en una primera etapa unirá Constitución y Plaza Italia. Sin embargo, se desconoce si la Ciudad realiza actualmente gestiones al respecto.