Haciendo caso omiso a lo advertido y pedido del jefe de Gobierno porteño, los metrodelegados decidieron continuar con la medida de no frenar en las dos flamantes estaciones de la Línea B. Se niegan a operar insistiendo que “hay problemas de seguridad”.
De esta manera, las formaciones no se detienen en Juan Manuel de Rosas y Esteban Echeverría. Esta mañana las puertas de las dos estaciones permanecían cerradas con rejas, y carteles escritos a mano informaban que los trenes de la Línea B parten desde la estación Los Incas.
Allí, la única información proporcionada a los pasajeros era otro cartel a mano que afirmaba que el servicio no operaba las estaciones recientemente inauguradas, sin que, como es habitual, se informó de la suspensión del recorrido por los altavoces.
Empleados de la boletería del subte explicaron a los pasajeros que la medida se debe a la decisión de los conductores de los trenes de no operar allí por las condiciones defectuosas de seguridad, hecho que los metrodelegados denunciaron antes de la inauguración de las estaciones.
A principio de semana, el legislador Alejandro Bodart presentó un amparo para frenar la puesta en marcha, pero la Justicia rechazó el pedido. Distinta suerte que el freno al aumento del boleto que dispuso el magistrado Pablo Mantaras en marzo pasado.