La Justicia porteña volvió a confirmar la suspensión de la subasta de 14 coches CAF-GEE retirados de servicio de la línea E.
La subasta iba a tener lugar a mediados de junio pasado, pero fue suspendida temporalmente por orden judicial a la espera de que Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) confirmara si los coches en cuestión contenían o no asbesto.
Ahora, en un nuevo fallo, el juez Francisco Ferrer, titular del Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario n° 23, dejó firme su decisión, alegando que la empresa no acreditó de forma fehaciente sus afirmaciones de que los coches no contienen piezas con el peligroso material.
El magistrado consideró que “no se ha acompañado documentación pertinente que permita tener por acreditado que los coches, cuya subasta se pretende, efectivamente no contienen asbesto. (…) Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) aún no ha dado cumplimiento con la manda judicial dispuesta, toda vez que no ha acompañado los informes requeridos ni los estudios técnicos que sustenten los extremos por ella invocados, así como tampoco ha brindado la información ni las explicaciones requeridas“.
El juez consideró que los informes presentados por SBASE “no son actuales” y que los coches en cuestión, si bien son remolques y cuentan con menos elementos pasibles de contener asbesto que los motrices, “podrían haber sido contaminados de manera posterior” al colocárseles piezas de repuesto. De esta manera, el magistrado resolvió que “los argumentos brindados por SBASE no logran conmover lo decidido por este Tribunal”, recalcando que “no se había acompañado certificación alguna” que acredite que las unidades no cuentan con asbesto.
Desde SBASE aseguraron que apelarán la medida para que la cámara del fuero revise la decisión. La empresa estatal porteña defendió que los coches salen a subasta “no porque contengan o no asbesto, sino porque es material rodante obsoleto que ya está excedido en el kilometraje y en vida útil“.
Cabe notar que estos 14 CAF-GEE no son los primeros de este modelo en ser subastados o cedidos a instituciones, ni tampoco son los primeros coches afectados por la crisis del asbesto en ser rematados.
Vale recordar que los CAF-GEE son una de las ocho flotas de la red afectadas por la presencia de componentes con asbesto, un material potencialmente cancerígeno. A diferencia de otras flotas afectadas que continúan prestando servicio, los trenes no fueron incorporados en los planes de desasbestización dada su antigüedad y su programado retiro de servicio, que se efectivizó en el primer cuatrimestre de 2022.
El asbesto se encuentra prohibido en la Argentina desde hace más de 20 años: mediante la resolución 845/2000 del Ministerio de Salud se prohibió la producción, importación, comercialización y uso de asbesto variedad Anfiboles, mientras que la resolución 823/2001 estableció idénticas medidas para las fibras de asbesto variedad Crisotilo a contar desde el 1° de enero de 2003.
Retiraron definitivamente de servicio los trenes CAF-GEE de la línea E
CAF-GEE: una trayectoria de 57 años
Los coches CAF-GEE fueron fabricados entre 1964 y 1969. Prestaron servicio en la red durante 57 años, entre diciembre de 1964 y el primer cuatrimestre de 2022, cuando las últimas unidades fueron retiradas de funcionamiento. Con su salida de servicio, no quedó en circulación regular ningún tren anterior a 1980 en las líneas de catenaria y 1500V.
La construcción de los coches había sido licitada en 1957 y fue adjudicada en 1961 a un consorcio integrado por las españolas Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) y General Eléctrica Española (GEE) y las argentinas Fabricaciones Militares y General Electric Argentina. El proyecto contemplaba la producción de 80 coches: 31 remolcados producidos por FM en la Argentina y 49 motrices, de los cuales 31 tenían una sola cabina y 18 eran bicabina.
Los coches tenían un aspecto y una mecánica bastante moderna para la época, que contrastaba con el resto de la flota de la red, cuya práctica totalidad había sido fabricada antes de la Segunda Guerra Mundial. En este sentido, llamaban la atención sus salones amplios, sus asientos acolchados revestidos en cuerina de color azul y la iluminación fluorescente. En tanto, cada coche motriz contaba con cuatro motores de 135 CV cada uno, bogies de concepción moderna y una aceleración y velocidad final superior a la del resto de la flota.
A lo largo de su carrera los coches sufrieron dos reformas de importancia: una en la década del 70, a cargo de la firma Igarreta, en la que perdieron parte de su aspecto moderno al asemejárselos a los más veteranos Siemens-Schuckert-O&K, y otra en la década del 90, a cargo de Tandanor. En la década del 2000 se proyectó una tercera reforma, a cargo de la firma Emepa, pero el proyecto quedó inconcluso: ni siquiera se llegó a terminar la formación prototipo.
Los coches prestaron servicio tanto en la línea D como en la línea E -en la que iniciaron y terminaron su carrera y a la que quedaron inevitablemente asociados-. En esta última fueron protagonistas de la película Moebius (1996, dir. Gustavo Mosquera), que versa en torno a la misteriosa desaparición de una formación encabezada por el coche UM86 -una numeración inexistente en la realidad- cargada de pasajeros. Una serie de murales que reproducen escenas del filme pueden encontrarse en la estación San José de la línea E.
Sus últimos años de funcionamiento estuvieron marcados por un notable desgaste mecánico y una alta tasa de fallas. Esto, sumado al hallazgo de asbesto entre sus componentes, llevó a acelerar su retiro del servicio luego de casi seis décadas de prestaciones, siendo reemplazados en la línea E por más unidades Fiat Materfer y Alstom Metropolis “Serie 100”.