Hacia mediados de la década de 1930, mucho antes de la nacionalización encarada por el gobierno de Juan Domingo Perón, el Estado argentino ya administraba una red de casi 10 mil kilómetros de vías a través de la Administración General de Ferrocarriles del Estado.
Las autoridades de la época estaban decididas a darles la jerarquía que se merecían y se abocaron a realizar una serie de acciones que colocarían a los Ferrocarriles del Estado a la altura de sus competidoras privadas de capitales extranjeros. Entre estas inversiones se cuentan la construcción de una sede de estilo racionalista en el barrio de Retiro, inaugurada en 1936 –hoy ocupado por la Justicia Federal de la Capital Federal–; la compra del Ferrocarril Central Córdoba, oficializada por el gobierno del general Justo; y la adquisición de novedosos cochemotores diésel para atender sus diversas líneas.
Los Ganz: la modernización de los Ferrocarriles del Estado
La proveedora seleccionada fue la firma húngara Ganz. En 1934 se acordó un primer pedido y los trenes fueron puestos en servicio en 1936. Los resultados de los cochemotores fueron tan alentadores que al año siguiente Ferrocarriles del Estado concretó una segunda compra (esta vez ya por contratación directa), que incluía no solo trenes de trocha métrica como los anteriores, sino también de trocha ancha para los ferrocarriles patagónicos, que comenzarían a circular en 1938.
La evaluación positiva del desempeño del material rodante y su buena aceptación por parte del público llevó al gobierno de Roberto M. Ortiz a aprobar una tercera compra de cochemotores en agosto de 1939 (ver más abajo). Este pedido contemplaba la adquisición de siete unidades de tipo “C4” (unidades simple bicabina) y diez triplas de trocha métrica de tipo “Catamarca”. De este último pedido, solo una pequeña parte llegaría a la Argentina.
Los “Ganz Rosario” y la Segunda Guerra Mundial
En septiembre de 1939, a pocos días de que Ortiz firmara el decreto de compra de esta última partida de cochemotores Ganz, la Alemania Nazi invadió Polonia y comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Hungría maniobró inicialmente para mantenerse al margen de la contienda bélica, por lo que la producción de cochemotores para los Ferrocarriles del Estado continuó sin sobresaltos durante el transcurso de 1940.
Ganz llegó a completar cuatro de los siete cochemotores C4, que fueron enviados a la Argentina y puestos en servicio a partir de 1941, y se abocó a la producción de las diez triplas, una versión mejorada en base a los “Catamarca” (de trocha métrica) y a los “Bariloche” (de trocha ancha), que fue bautizada como “Rosario”. Entre los cambios introducidos se contaba un sistema de aire acondicionado más potente, ventanillas y puertas herméticas para impedir la entrada de polvo, y mejoras en el aspecto mecánico.
No obstante esto, en noviembre de 1940 Hungría se unió al Eje. Su entrada a la guerra implicó la interrupción del comercio exterior y selló la suerte de los Ganz Rosario. Siendo imposible su envío a la Argentina, las unidades quedaron almacenadas en la planta de Ganz hasta el final del conflicto bélico.
Próxima estación: Unión Soviética
En febrero de 1945, Budapest fue liberada por el Ejército Rojo. En cuestión de semanas el poderío del Eje sucumbió y los aliados avanzaron en todos los frentes hasta la liberación de Berlín por los soviéticos en mayo de 1945, poniendo fin a la guerra en Europa.
Hungría, al haber sido parte del Eje, se vio obligada a pagar reparaciones de guerra a la Unión Soviética por la astronómica cifra de 200 millones de dólares de la época (unos USD 3000 millones actuales). Los húngaros decidieron entonces echar mano a los Ganz Rosario y entregarlos a la URSS para alivianar la deuda.
Los técnicos de Ganz retrocharon las unidades al ancho de vía ruso (1524 mm) y los trenes fueron enviados a la URSS, donde recibieron el nombre de “DP 1-10” y empezaron a circular a mediados de 1946, cubriendo primero diversas rutas en las regiones del Cáucaso y Asia Central. Luego, a partir de 1949, fueron transferidos a la región del Báltico, donde prestaron servicio uniendo las capitales de las repúblicas soviéticas de Letonia, Lituania y Estonia (Riga, Vilna y Tallin), así como servicios entre Riga y Minsk (Bielorrusia).
Los cambios más notorios en los coches fueron, además del retrochado, la incorporación de una estrella roja en el frente de las unidades y el reemplazo del potente sistema de aire acondicionado encargado por Ferrocarriles del Estado por uno de calefacción, atendiendo a las temperaturas propias de las regiones por las que circulaban los coches.
El rendimiento de los Ganz Rosario parece haber satisfecho a las autoridades soviéticas, ya que en 1949 encargaron a Ganz la fabricación de una serie de ocho cochemotores de diseño similar (“DP 01”), aunque compuestos por seis coches y no por tres como los argentinos.
Los Ganz Rosario circularon en la URSS hasta fines de la década del 50, mientras que los encargados por los soviéticos lo hicieron hasta fines de los 60.