La Ciudad de México adquirirá 17 formaciones adicionales para el servicio del Tren Ligero que conecta a Xochimilco con Tasqueña.
La compra fue encargada por el ente estatal Servicio de Transportes Eléctricos de la Ciudad de México (STE-CDMX) a la firma china CRRC Zhuzhou, por un monto superior a los 370 millones de pesos mexicanos. La capital mexicana ya había encargado a CRRC en 2022 una primera partida de nueve formaciones.
El STE-CDMX, cabe recordar, administra tanto el tren ligero como los trolebuses y el Cablebús. El Metro también es administrado por un organismo estatal, el Sistema de Transporte Colectivo (STC).
Las nuevas formaciones serán duplas que tendrán una vida útil de 30 años, contarán con cabinas de conducción en ambos extremos y estarán adaptadas a las condiciones climáticas de México -en especial, a las intensas lluvias-, procurando evitar un desgaste acelerado de los coches. El tiempo de entrega previsto es de 14 meses.
Con los nuevos trenes, buscan aumentar la capacidad de transporte de este tramo en miras a la alta demanda prevista por el Mundial de Fútbol que se celebrará en 2026, además de reforzar el servicio regular.
Además del nuevo material rodante, entre 2019 y 2021 el tren ligero recibió importantes inversiones en infraestructura: las tareas comprendieron principalmente el recambio de vías, que contaban con mucha antigüedad y no permitían la circulación a gran velocidad.
CRRC cuenta con gran presencia en México. La firma china viene incrementando notoriamente su participación en el sector ferroviario del país norteamericano: fabricó los nuevos trenes para la línea 1 del Metro de la Ciudad de México, a la par que se encuentra trabajando en la construcción de nuevas formaciones para la línea 4 del Tren Ligero de Guadalajara y para las líneas 4 y 6 del Metro de Monterrey. Para esta última ciudad, en 2020 ya había entregado 26 unidades de tipo tren ligero para las líneas 1, 2 y 3.
Apuesta por el sistema ferroviario
La compra de formaciones adicionales para el Tren Ligero se enmarca en el fuerte impulso que México está dando al fortalecimiento de su sistema ferroviario, tanto en la capital como en el resto del país.
En este sentido, se avanza con la última etapa del tren interurbano México – Toluca -conocido como “El Insurgente”- (Santa Fe – Observatorio), que permitirá la conexión de ese servicio con la línea 1 del Metro de la Ciudad de México –actualmente en proceso de modernización– y, a futuro, con la línea 12. Vale notar que el primer y segundo tramo ya se encuentran operativos, con buena respuesta por parte del público usuario.
Por otra parte, el Gobierno federal impulsa la recuperación de cuatro líneas de media y larga distancia en el marco del plan “República Conectada”. Las obras de la primera de ellas, correspondientes al tramo entre el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y Pachuca, ya comenzaron.
Además de esta línea, también se contempla reactivar los servicios de pasajeros entre Ciudad de México – Nuevo Laredo (1143 km), Ciudad de México – Guadalajara – Nogales (1783 km) y Ciudad de México – Coatzacoalcos (800 km).
Con este objetivo en mente, meses atrás el Congreso mexicano aprobó una reforma constitucional que le devuelve al Estado el control sobre la infraestructura ferroviaria, declarada como área prioritaria para el desarrollo nacional.
Cabe recordar que, además de estos proyectos, se avanza con la terminación de nuevos tramos del Tren Maya. Tal como informó enelSubte, a principios de año fueron inaugurados dos nuevos tramos de ese ramal ferroviario, que no solo servirá a pasajeros, sino también a cargas: en el futuro se habilitará una conexión multimodal con Puerto Progreso, cuyos trabajos ya se encuentran en curso.
El renovado impulso con el que México intenta revitalizar su transporte ferroviario contrasta fuertemente con la realidad argentina. Prácticamente todos los proyectos por fuera de la emergencia ferroviaria, como la modernización y electrificación de la línea San Martín y de la línea Belgrano Sur, fueron dejados de lado o se encuentran paralizados sin perspectivas de reactivación. Además, en el último año y medio fueron cancelados ocho servicios de pasajeros y los que continúan operando se ven afectados por los recortes presupuestarios. A su vez, la ya iniciada privatización de los ferrocarriles tampoco ofrece ninguna perspectiva de futuro respecto de las inversiones que el sistema necesita.
En un año y medio, Trenes Argentinos ya lleva eliminados ocho servicios de pasajeros