Ascensores fuera de servicio, escaleras mecánicas con constantes desperfectos, grandes filtraciones en toda la estación, poca iluminación, azulejos y baldosas desprendidas, murales deteriorados y olor nauseabundo son el reflejo de una de las estaciones con menor nivel de mantenimiento de toda la red.
Facultad de Medicina es, sin duda, uno de los peores sitios de la red concesionada, donde Metrovías definitivamente no ha puesto el ojo en los últimos años.
Ayer las consecuencias de la desidia fueron notables: un incendio se produjo en una bobina de cables del tendido de la estación, lo cual produjo la generación de una importante nube de humo y olor insoportable.
Las autoridades evacuaron y cerraron la estación, aunque la prestación del servicio siguió de forma normal sólo que los trenes no se detenían en Facultad de Medicina.
La llegada de los bomberos de la zona fue rápida, aunque demoraron más de una hora en abandonar la estación para controlar que el fuego no se volviera a producir y los riesgos hayan sido minimizados por completo.
El incidente se produjo en las primeras horas de la tarde, y no fue recién hasta la noche cuando la estación volvió a ser abierta al público, aunque el molesto olor aún podía ser percibido por los pasajeros esta mañana.
No se registraron heridos. Sí se registró, una vez más, una prueba de que en el subte el peligro es latente.