El Gobierno de la Ciudad anunció recientemente que construirá un nuevo centro de transbordo en la zona de Sáenz, en Pompeya, un lugar por el que transitan una importante cantidad de pasajeros diarios, de acuerdo a los más recientes estudios de demanda publicados.
Semanas atrás se supo que en el marco de estas obras se demolerán dos estaciones del Metrobus Sur, habilitadas durante 2013. Ambas paradas le costaron a la Ciudad unos cuatro millones de pesos. La empresa ganadora de la licitación para el nuevo centro de transbordo es Bricons, casualmente una de las dos que había construido el Metrobus Sur. El presupuesto de la nueva obra roza los 40 millones de pesos.
El Metrobus Sur fue muy cuestionado en la zona de Pompeya debido a que son muy pocas las líneas que efectivamente utilizan el corredor. La enorme mayoría de los colectivos que atraviesan la zona tienen parada sobre los laterales, por lo cual la infraestructura construida se encuentra subutilizada.
Adicionalmente, tampoco se cumple uno de los puntos que hicieron, por caso, al Metrobus Nueve de Julio, un experimento exitoso: no logra separar al transporte público del particular y la avenida Sáenz es un auténtico desquicio con colectivos y automóviles en todos los carriles. Al menos en este caso, el Metrobus no vino a solucionar nada.
La Ciudad esgrime que una de las razones para realizar el centro de transbordo ahora es facilitar la futura combinación con el Subte. Lo cierto es que la estación, cuya construcción fue entregada a la UTE Techint-Dycasa en 2012, se encuentra virtualmente cancelada luego de que se decidiera priorizar las obras del tramo norte de la línea H.
De hecho, recientemente y tras dos años y medio de parálisis, se retomó la construcción de Facultad de Derecho. En tanto, Sáenz y Pompeya siguen esperando.
LOS ANTECEDENTES
El caso de Sáenz no es inédito en la obra pública de la Ciudad. En abril de este año la comunera Julieta Costa Díaz (Comuna 13 – FPV) presentó una denuncia penal contra funcionarios del GCBA por las obras del Metrobus de la avenida Cabildo.
La polémica se suscitó debido a que la Ciudad había construido en esa avenida un boulevard (que costó 5 millones de pesos) sin advertir que al poco tiempo debería ser destruido para dar curso a dos obras: la ampliación de la cochera Manuela Pedraza de la línea D y el citado Metrobus. Luego, como reflejo de las preferencias del jefe de gobierno, apuraron la obra del Subte para que pudiera iniciarse cuanto antes la construcción de los carriles exclusivos, que se adentrarán en el municipio de Vicente López.
Otro antecedente es el de la estación Federico Lacroze, en Chacarita, donde en 2011 se construyó una plaza seca en el centro de la avenida Corrientes, a un costo de 1,5 millones de pesos, que luego terminó siendo destruida para levantar dársenas para colectivos. La obra desató una controversia judicial que aun está pendiente de resolución.
A estos casos se suma la reciente polémica de Plaza Miserere, donde por falta de previsión, una boca del subte quedó en medio de la calzada vehicular ampliada de la calle Bartolomé Mitre. Tras una nota publicada por enelSubte.com, SBASE cerró el acceso e inició conversaciones con el Ministerio de Espacio Público para reubicarla en otro sitio.