Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) dispuso importantes aumentos tarifarios para varios servicios regionales operados por la empresa.
Este incremento se suma al ya aplicado en mayo pasado, que ya había implicado un fuerte reajuste de las tarifas hasta entonces vigentes. En contraste, las tarifas de los trenes metropolitanos de Buenos Aires continúan congeladas desde entonces.
El aumento más fuerte se dio en el Tren de las Sierras, cuya tarifa entre cabeceras pasó de 1100 a 3700 pesos, lo que representa un aumento superior al 200%.
Además, también registraron variaciones de importancia el Tren del Valle, que pasó de costar 300 a 580 pesos entre Neuquén y Plottier; –el servicio continúa sin funcionar entre Neuquén y Cipolletti, a pesar del visto bueno de Ferrosur Roca– el tren entre Paraná y Jorge Méndez, de 260 a 750 pesos; el tren entre Resistencia y Los Amores, de 690 a 1400 pesos, el servicio entre Roque Sáenz Peña y Chorotis, que varió de 850 a 1600 pesos y finalmente el tren regional de Salta entre Güemes y Campo Quijano, que pasó de costar 400 a 1300 pesos entre cabeceras.
Vale notar que otros servicios regionales no aumentaron sus tarifas en esta ocasión, dado que el valor de sus pasajes depende de los servicios de larga distancia con los que comparten recorrido.
Pese a los aumentos tarifarios de los últimos meses, los servicios regionales, salvo excepciones aisladas, como el reciente agregado de unas pocas frecuencias en el trayecto entre Roque Sáenz Peña y Chorotis, no han incorporado mejora alguna. Por el contrario, se ven afectados por el mismo proceso de deterioro general del sistema ferroviario que comenzó con los trenes metropolitanos y se expandió al resto del sistema.
La continuidad de los servicios regionales corre serio riesgo en caso de concretarse la privatización de Trenes Argentinos impulsada por el Gobierno y aprobada por el Congreso en la “ley Bases”.
La ausencia de rentabilidad en términos contables –que estos servicios no suelen tener porque su principal aporte es en materia social y de desarrollo territorial– torna prácticamente imposible su continuidad bajo administración privada y podría llevar a su eventual suspensión en un futuro no muy lejano.
En tanto que una eventual provincialización –una estrategia que las autoridades ya evalúan para este tipo de servicios– es de imprevisibles consecuencias, dado que todo dependería de la capacidad de los distintos Estados provinciales de sostener los servicios, algo que por el momento resulta incierto, sobre todo en el contexto de ajuste fiscal y quita de recursos que sufren las provincias.
Como en los 90: el Gobierno impulsa la transferencia de los trenes locales a las provincias