El servicio de subtes podría verse amenazado hoy por la disputa que mantienen los trabajadores de Metrovías con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que no reconoce a sus delegados y busca abortar la formación de un nuevo sindicato bajo tierra. Tras el plebiscito en el que decidieron separarse de la UTA para negociar un convenio específico de la actividad, los empleados del subte comenzarán hoy a elegir las autoridades de su gremio. Pero denunciaron que la conducción de los tranviarios (que incluye también a choferes de colectivos) amenazó con interrumpir el servicio para frenar la elección.
En el Gobierno temen revivir las jornadas de mediados de diciembre, cuando un millón y medio de pasajeros se quedaron sin transporte por la misma puja. Desde entonces, sin embargo, el Ministerio de Trabajo se mantuvo en una posición favorable a la UTA y se niega a reconocer al nuevo gremio del subte. En el plebiscito interno, realizado en febrero pasado, un 70,5% de los trabajadores presentes votó por la escisión.
Los miembros del cuerpo de delegados emitieron ayer un comunicado donde negaron que impulsen una medida de fuerza para hoy. “Nuestro objetivo es llevar adelante las votaciones sin alterar el normal funcionamiento del servicio. Por lo tanto hacemos responsable a la empresa Metrovías y al gremio UTA de cualquier inconveniente que altere la paz social y el desarrollo de los comicios”, advirtieron.
Roberto Pianelli, delegado de la línea E, dijo que “la patota de la UTA no quiere que se vote”. Y agregó que “no sería raro que vengan a provocarnos o a querer frenar el servicio, como ya amenazaron”. También subrayó que la intención de formar un gremio separado para el subte “se basa en la ley, en la Constitución y en el fallo sobre libertad sindical de la Corte Suprema”, que a fines del año pasado garantizó nuevos derechos a los sectores independientes y a los gremios no reconocidos por Trabajo. Las elecciones comenzarán hoy en la estación Congreso del Tucumán de la línea D.