Trabajadores del Taller Rancagua de la línea B aseguran que desde hace varios meses la formación CAF 5000 identificada con la letra “W” ha sido apartada de servicio y estacionada en el final de la vía 10 del taller debido a sus constantes fallas técnicas.
De acuerdo con fuentes sindicales, el tren está siendo utilizado como banco de repuestos para las otras formaciones 5000 que circulan en la línea B, las cuales suelen enfrentar problemas con frecuencia. “Lo están desguazando, lo están canibalizando…lo mismo pasa con algunos Mitsubishi”, explicó un delegado de esa línea. “Le fueron sacando cositas para surtir a las otras formaciones”.
Se trata de uno de los primeros CAF 5000 que habían sido puestos en servicio, a mediados de 2013. Desde que funcionan en la línea B han provocado un sinnúmero de demoras e interrupciones de servicio, viéndose afectados por principios de incendio, cortocircuitos, desprendimientos de patines colectores, entre otras afectaciones.
Consultados por este medio, voceros de Metrovías desmintieron el desguace y aseguraron que, si bien “se encuentra temporalmente fuera de servicio, se está trabajando para incorporarla nuevamente a la oferta de flota de la línea B”.
Los CAF 5000 fueron adquiridos por el Gobierno de la Ciudad al Metro de Madrid con el objetivo de paliar el déficit de flota que suponía la inauguración de las estaciones Echeverría y Rosas. Se trata de coches con una antigüedad cercana a los 40 años, lo que llevó al diario El País a caratular la operación como una venta de chatarra. En su país de origen, las unidades remanentes fueron destinadas a pruebas con explosivos:
En 2013 y de forma sorpresiva se anunció la adquisición -también al Metro de Madrid- de la serie 6000, operación que ha estado en el ojo de la tormenta por las incompatibilidades de la flota y el alto precio que terminaron costando por unidad, lo que le ha ocasionado una denuncia penal al presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo.