Las obras de renovación de vías en los tramos más críticos de la linea D se iniciaron en agosto del año pasado, pero recién hace pocos días ocasionan inconvenientes a los pasajeros. Desde hace por lo menos diez días, los trenes circulan a “paso de hombre” entre las estaciones Pueyrredón – Facultad de Medicina, demorando alrededor de dos minutos en realizar un trayecto que normalmente insume unos pocos segundos. En el sector de obras, se observan los clásicos faroles de precaución con luz amarilla ubicados sobre la vereda del túnel, que indican al motorman que en esos tramos debe circular lentamente ya que las nuevas vías no están aún completamente niveladas y bateadas para permitir el desarrollo de las velocidades normales. Además, en la estación Facultad de Medicina se observa la colocación de un caño de desagüe entre ambas vias.
A pesar de las indudables mejoras al servicio que estas renovaciones aportarán una vez estén concluídas, las altas temperaturas que se viven en la Capital convierten este viaje en una incómoda experiencia. La falta de aire, las frecuencias de verano y las bajas velocidades provocan que prácticamente no circule viento, por lo que en el interior de los trenes se registran temperaturas y tasas de humedad muy elevadas y potencialmente perjudiciales para la salud de los usuarios y de los trabajadores del subterráneo.
Quejas y respuesta de Metrovías
El pasado 14 de enero, el ingeniero civil Victorio Santiago Díaz escribió una carta de lectores al diario La Nación en donde expone los incovenientes que los usuarios viven a diario en la línea D: mal funcionamiento del sistema de señalización digital ATP, elevadas temperaturas, y frecuencias inferiores a las informadas. “Hace aproximadamente dos años la empresa Metrovías publicitó la instalación de un nuevo sistema de señalización que permitiría brindar un mejor servicio a los usuarios. Posteriormente informó que los trabajos estaban finalizando, nunca me enteré de si realmente habían concluido. El recorrido total de la línea debería ser aproximadamente de 25 minutos, pero últimamente tardan entre cinco y diez minutos más, ya que realizan largas paradas en las estaciones o en cualquier punto del trayecto, lo que, además del atraso, ocasiona un malestar general y físico a los pasajeros, especialmente en épocas de altas temperaturas”, escribió el ingeniero Díaz.
El 21 de enero, la gerente de Relaciones Inititucionales de la empresa, Lucila Maldonado, contestó la queja del ingeniero Díaz también en las cartas de lectores del matutino porteño. En su misiva, menciona las obras de renovación de vías y durmientes que la empresa lleva a cabo en la línea verde, pero no aclara su fecha de finalización. En lo que hace al sistema ATP, “tal como indica el lector, efectivamente, Metrovías realizó en esa línea una obra de señales con objeto de incorporar la tecnología necesaria para aumentar la seguridad operativa del servicio. Aprovechamos la ocasión para agradecer el interés expresado por el ingeniero Díaz y confiamos en que la obra de renovación de vías permitirá mejorar sensiblemente el servicio de la línea”. Sin embargo, no dio mayores precisiones sobre los inconvenientes que el moderno sistema de señales presenta a más de dos años de su instalación.