Desde principios de febrero, la línea B se encuentra funcionando prácticamente todos los días con demoras, que se extienden durante varias horas de la jornada, debido a la falta de formaciones en circulación.
Hasta mediados del mes, las demoras eran atribuidas mediante los canales oficiales de estado del servicio de Emova a “causas técnicas”, pero desde el 14 de febrero en adelante el sistema comenzó a informar que las afectaciones se debían a “medidas de fuerza gremial”.
No obstante, desde la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP) niegan tajantemente que esto sea así. “El gremio no está parando”, aseguró ante la consulta de enelSubte el secretario general de la AGTSyP, Beto Pianelli. “Faltan trenes, pero nosotros no nos negamos a manejar los trenes”, afirmó.
Días atrás, el sindicato había acusado a la concesionaria de “mentir para no pagar multas por no poder dar el servicio comprometido” y había señalado que las demoras se deben a “una mala política de mantenimiento por parte de la empresa y a la escasez de formaciones en condiciones de circular”.
En este sentido, desde la AGTSyP habían deslizado que la empresa alegaba la existencia de una supuesta medida de fuerza, lo que le permitiría evitar la penalización que implican los incumplimientos del programa operativo. Cabe recordar que de acuerdo con el contrato de concesión vigente desde el 1° de diciembre de 2021, Emova recibe un pago en base al indicador coche/kilómetro comercial, como un incentivo para el cumplimiento efectivo del servicio pautado.
Desde Emova rechazaron la acusación e insistieron en que “las demoras fueron como consencuencia de una medida de fuerza gremial que generó una baja en la disponibilidad de las formaciones para prestar el servicio con normalidad”. “La compañía viene trabajando intensamente para encontrar soluciones y poder disponer de una mayor cantidad de trenes y desde esta semana se diagramaron [más] frecuencias”, aseguraron a este medio voceros de la empresa.
Desde la AGTSyP admiten que si bien no hay una medida de fuerza declarada, la disponibilidad de trenes se ve afectada porque los trabajadores de los talleres se niegan a intervenir formaciones que contengan piezas con asbesto, lo que demora sus reparaciones.
Línea B: menos de la mitad de los CAF 6000 están en servicio
Tal como explicó enelSubte, la línea B enfrenta una crisis de material rodante debido a que sólo cinco de las 14 formaciones CAF 6000 se encuentran en servicio. Los trenes, comprados de segunda mano al Metro de Madrid hace casi una década, se encuentran fuera de servicio debido a problemas técnicos, averías y trabajos de desasbestización.
Con esta flota fuera de funcionamiento, los veteranos Mitsubishi continúan siendo la columna vertebral de las prestaciones de la línea. Las formaciones, que son los trenes más antiguos de la red actualmente en circulación, tienen entre 58 y 69 años de antigüedad y empiezan a dar muestras de fatiga y desgaste, amén de encontrarse afectados por la presencia de piezas con asbesto.
La situación pone de manifiesto que el problema de fondo es la crisis de material rodante de la línea B, generada no sólo por el natural deterioro de los Mitsubishi sino por la insuficiente e inadecuada compra de los CAF 6000.
Tomando nota de esto, en las últimas semanas Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) reactivó el proceso administrativo para la compra de 16 nuevos trenes para la línea, que estarían destinados a reemplazar a los Mitsubishi, aunque no a los CAF 6000, que continuarían funcionando un tiempo más.
Sin embargo, la compra se encuentra en etapas preliminares. Días atrás se completó una ronda de consultas del anteproyecto de los pliegos con potenciales interesados en participar como proveedores, que había sido lanzada en diciembre pasado. Pero las demoras enfrentadas por el proceso complican las perspectivas de que la licitación sea publicada este mes, como se había prometido.
Se demora la compra de nuevos trenes para la línea B: prorrogaron la consulta pública