La firma china China Railway Engineering Corporation (CREC) resultó la ganadora de la licitación para construir la primera tanda de obras civiles de la futura línea de alta velocidad entre Marrakech y Kenitra, en Marruecos.
La construcción de esta nueva línea, de 450 kilómetros de extensión, así como de otros tramos de alta velocidad, había sido anticipada semanas atrás por enelSubte.
La empresa estatal marroquí Office National des Chemins de Fer (ONCF) decidió selecionar a la empresa asiática por presentar la oferta más económica y por tratarse de una propuesta “técnicamente sólida”, acorde a los requerimientos del proyecto.
Entre los trabajos a desarrollar, que poseen un presupuesto de más de 300 millones de euros, se encuentran las preparaciones del suelo, la colocación de estructuras, comunicaciones y cercos.
Con esta nueva línea, el país pasará a contar con dos ramales de alta velocidad: el primero fue inaugurado en 2018 entre Tánger y Casablanca, siendo el primero de esas características en todo el continente africano.
En el futuro se prevé incorporar una tercera línea entre las ciudades de Marrakech y Agadir, cuya extensión superará los 200 kilómetros.
Marruecos se encuentra desarrollando un ambicioso plan de modernización integral de su sistema ferroviario, que contempla tanto infraestructura como material rodante. Además de los citados tramos de alta velocidad, se está avanzando con importantes inversiones para la mejora de los sistemas de ferrocarriles metropolitanos en las ciudades de Casablanca y Rabat.
Además, se lanzó una mega licitación internacional para la compra de 168 trenes, que tiene un presupuesto de unos 1500 millones de euros. La operación comprende 18 trenes de alta velocidad, 40 trenes interurbanos, 60 trenes de cercanías rápidos (TNR) y 50 trenes de red exprés regional (RER), que serían entregados entre 2027 y 2030.
Todas las inversiones apuntan a preparar al sistema ferroviario marroquí de cara al Mundial de Fútbol 2030, del que Marruecos será uno de los países anfitriones.
El ferrocarril, con el Estado como principal inversor, es visto por las autoridades del país norafricano como un instrumento de integración territorial, de desarrollo económico y facilitador de la movilidad, no solo de cara a los eventos masivos proyectados a futuro, sino también del día a día.