Denuncian que la formación W de CAF 5000 está siendo canibalizada en el Taller Rancagua debido a sus constantes fallas técnicas. Los componentes estarían siendo usados en otros trenes de la flota. Se trata de una formación puesta en servicio el año pasado.
La línea B funcionó con servicio limitado por más de una hora y media debido a la rotura de un cambio de vía provocada por el desprendimiento de un patín colector de un coche CAF 5000. Persisten las demoras.
Las palancas para abrir manualmente las puertas de los trenes usados comprados al Metro de Madrid presentan fallas y no abren cuando deben. La molestia entre los usuarios de la línea B se suma a otros desperfectos sufridos por las unidades españolas: fallas en el aire acondicionado, filtraciones e impráctica disposición de asientos.
Una formación Mitsubishi descarriló anoche ingresando a la vía 6 del Taller Rancagua de la línea B. El incidente provocó la rotura de un tramo de tercer riel y ocasionó algunas demoras para la salida de las formaciones en la mañana de este viernes.
Luego de que el viernes ocurriera un grave incidente en la línea B, que pudo haber sido tragedia, el presidente de SBASE hizo uso de Twitter para opinar acerca del debate presidencial. Sin embargo, no hizo referencia alguna al hecho y la empresa del GCBA ni siquiera emitió un comunicado aclarando lo sucedido.
Un episodio que no fue tragedia de casualidad. Para adaptar la línea B a coches usados que sin explicación lógica compró al Metro de Madrid, el GCBA acabó poniendo una catenaria por debajo de la distancia mínima recomendada. El menor inconveniente puede llevar a un cortocircuito.
En la estación Federico Lacroze un tren CAF 6000 rozó con partes de su techo la catenaria rígida, ocasionando una explosión seguida de humo y el desprendimiento de un artefacto que cayó en el andén. El tren fue evacuado, inspeccionado y rápidamente desviado: intentan ocultar el incidente. La línea estuvo interrumpida en plena hora pico.
Pese a los anuncios y a los dichos de Rodríguez Larreta, las urgentes e indispensables obras de ventilación de la línea B no han sido encaradas aún. Ahora apuntan a terminarlas recién para 2019. En la línea más calurosa del Subte se incrementará la temperatura por los equipos de aire acondicionado de los CAF 6000.
A más de dos años de haberse comprado los polémicos CAF 6000 para la línea B, sólo cuatro trenes han sido puestos en servicio. Los Alstom de la línea H fueron encargados hace tres años y medio y aún no corren. Entre tanto, las líneas Mitre y Sarmiento se renovaron por completo y el Roca está en vías de serlo.
Los aires acondicionados de los coches usados de la línea B pierden agua o se encuentran apagados. Las ventanillas tienen inscripciones vandálicas hechas en Madrid hace más de diez años. Hasta ahora sólo cuatro trenes de 14 han sido puestos en servicio, pese a que se los había prometido para el verano.
La línea B estuvo interrumpida debido a un principio de incendio en una formación CAF 5000. Evacuaron la estación Pueyrredón. El fuego fue rápidamente sofocado y volvió a funcionar, con servicio limitado entre Rosas y Medrano por cerca de dos horas. Ya fue normalizada.
A casi dos meses de la puesta en funcionamiento de los dos primeros trenes se ha frenado la incorporación de más formaciones a servicio y los CAF 6000 son cada vez más raros de ver funcionando. Piccardo, presidente de SBASE, había prometido sumar dos trenes por mes.
SBASE confirma que los trenes CAF 6000 terminarán de integrarse a la línea B entre marzo y diciembre de 2016. De cumplirse, mediarán tres años entre la operación de compra y su puesta en funcionamiento, comprometiendo el argumento del GCBA, de que se compraron usados por la rapidez en la entrega.
La línea B perdió durante junio casi 50 horas de servicio, pese a que ya volvió a operar con su horario normal y sólo estaba reducido en una hora por la mañana. El fin de las obras no trae acompañado una mejora del servicio. Problemas que persisten.
Una nueva improvisación contrarreloj: el gobierno porteño debió contratar a técnicos españoles para reducir la potencia de los motores de los trenes de la línea B, con el objetivo de evitar el colapso de la instalación eléctrica. Gracias a esto podrían circular, pero con prestaciones similares a los Mitsubishi.