En el curso de los últimos años, la empresa estatal Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF) realizó la renovación total de las estaciones de la línea Belgrano Norte, incluyendo la reforma de la terminal Retiro. El Estado se encarga de todas las inversiones de capital pese a que la línea continúa operada por la concesionaria Ferrovías, con contrato vencido desde hace cinco años.
Sin embargo, dos estaciones quedaron atrapadas por el freno a la obra pública con el cambio de gobierno: Saldías continúa sin ser inaugurada y Manuel Alberti, reclaman los vecinos, funciona sin la obra terminada.
La propia operadora Ferrovías había comunicado que la nueva estación Saldías, desplazada unos 300 m al norte respecto de la antigua parada, se inauguraría el 25 de enero, misma fecha en que abrió al público la estación Cecilia Grierson (Panamericana) entre Del Viso y Villa Rosa, en el partido de Pilar. Pero, pasado un mes, el anuncio no se hizo efectivo y siguen utilizándose andenes provisorios. Tratándose de la única estación que permanecía con personal abocado a la obra de reconstrucción, todo apunta a que la demora en su inauguración se deba a desinteligencias entre la concesionaria y la prácticamente acéfala Secretaría de Transporte sobre el final de obra.
Manuel Alberti, por su parte, recibió una habilitación parcial a mediados del año 2023, pero quedaron sin finalizar cuestiones importantes como los asientos y apoyos ergonómicos de los refugios, accesos, baños y señalética. El reclamo de habilitar los andenes definitivos no fue acompañado de la finalización de la obra; según pudo saber este medio, el Estado ya dio de baja el contrato con la contratista, sin que existan previsiones para completarla. Medios locales del partido de Pilar dieron cuenta estos días de reclamos vecinales por el estado en que quedó la estación.
Esto se da en un contexto de deterioro de las prestaciones de la línea, incluyendo un fuerte recorte “provisorio” de servicios que continúa vigente desde mediados del año pasado, apenas morigerado por el agregado de unas pocas frecuencias extra. Además, la línea tuvo recurrentes problemas de material tractivo que fueron salvada por préstamos de locomotoras del Estado.
A pesar de la situación del servicio, que recibió críticas por parte de la Provincia de Buenos Aires hace algunos meses, nada indica señales de cambio en lo inmediato. El proyecto de electrificación –dependiente de un crédito chino– está en un limbo hasta nuevo aviso, las únicas inversiones relevantes las hizo el Estado y las formaciones están cada vez más lejos de poder brindar un servicio acorde a las necesidades de frecuencias, confort y seguridad.