Una querella masiva contra la empresa Metrovías por la “matanza de un perro comunitario”, ocurrida el 1 de octubre último en la estación Plaza de los Virreyes del subte E, será ampliada el miércoles en los tribunales porteños. Por la matanza del can callejero, considerado en la presentación judicial como “comunitario” por no tener propietarios y al que muchos vecinos atendían y alimentaban, se responsabiliza a personal de la empresa Metrovías, a cuyos directivos se reclama la identificación de los autores, para que sean despedidos y procesados.
La abogada Verónica Piedrabuena, una de las letradas a cargo de la querella masiva junto a Marcela Viglione, anunció que los fundamentos de la presentación judicial “se basa en la violación a la ley 14.346, de defensa de los animales”. “Asimismo, se hará hincapié en la violación a la Declaración Universal de los Derechos del Animal, aprobada por la UNESCO y la ONU, de la cual Argentina es Estado miembro, y se funda también en el artículo 43 de la Constitucion Nacional”, añadió la abogada.
Piedrabuena adelantó que se adjuntarán “pruebas sobre como el maltrato animal demuestra un alto grado de peligrosidad para la vida humana, ya que quien lo perpetra no va a dudar a la hora de atacar a ningún ser humano” y subrayó que “hay estudios de psiquiatrías a nivel mundial que así lo ratifican”. “La oficina de atención al público de Metrovías reconoció en una serie de correos electrónicos recibidos por las decenas de querellantes que el hecho ocurrió y que se trató de un ’lamentable accidente’ que no volverá a suceder”, añadió la abogada.
La querella hace corresponsable a la empresa Metrovías y la demanda será ampliada mañana a las 10 en la Fiscalía Correccional número 13, ubicada en la Avenida de los Inmigrantes 1950, tercer piso, de esta capital. Con esta presentación se deja instalado el antecedente en la justicia argentina de la defensa del “perro comunitario”, por no tener propietarios y pertenecer a la “comunidad toda”.
La matanza del perro ocurrió alrededor de las 6:00 del 1 de octubre en la estación Plaza de los Virreyes, terminal del subte E, y a la vista de algunos pasajeros que aguardaban viajar. El can, que pernoctaba en esa cabecera y que algunos vecinos alimentaban, ocasionó ese día heridas leves a una empleada de boletería, de nombre Susana, y eso causó “la reacción asesina del personal de seguridad de Metrovías”, dijo Piedrabuena. El personal de seguridad de Metrovías inmovilizó un perro abandonado con una soga, para luego ahorcarlo hasta su muerte, teniendo el animal segundos o incluso hasta minutos de agonía indescriptibles para cualquier ser vivo”, sostuvo la letrada.
Añadió que “no se debe olvidar que todos los animales son seres vivos, con plena capacidad de sentir dolor y sufrimiento” y destacó que matar a “un ser completamente indefenso demuestra la perversidad y morbosidad del personal de seguridad de la empresa, quienes deben velar por la seguridad de los pasajeros que diariamente viajan en todas las líneas de subterráneos”. Piedrabuena explicó que “en realidad lo que debía hacer el personal de seguridad era llamar a una institución idónea para que el perro estuviera en observación y recibir tratamiento en caso de que corresponda, tanto el can como la supuesta víctima”.
El crimen de ese perro callejero provocó una sucesión de notas de repudio hacia Metrovías de entidades protectoras nacionales y de España, México, Alemania, Holanda y EEUU, entre otros países, señala un comunicado conjunto de defensores de los derechos del animal. Los proteccionistas, quienes realizaron un escrache en el lugar del hecho el sábado 13 de octubre, anunciaron que continuarán “con las protestas hasta que los asesinos sean despedidos de su empleo y condenados para sentar jurisprudencia en la justicia y que, de una vez por todas, sea aplicada y respetada la ley de defensa del animal”, añade el texto.
por Télam