En el día de la fecha, jueves 18 de octubre de 2007, finalmente tuvo lugar en su estación Caseros la inauguración definitiva –¿definitiva?– de la línea H de subterráneos. La apertura de la nueva línea estuvo en duda hasta último momento a raíz de un fallo judicial que, en el día de ayer, dio lugar a una acción de amparo presentada por Alejandro Franco, ex director de SBASE.
A contrarreloj el Gobierno de la Ciudad y la Secretaría de Transporte de la Nación presentaron documentos técnicos para avalar la puesta en marcha de la línea y sus coches. Coches que, por otro lado, son los mismos Siemens Orenstein & Koppel de principios de los años 30 que corrieron desde entonces en la línea C.
Aunque el convocante al acto era el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por liberarse al servicio de pasajeros una línea de su propiedad y costeada con sus propios recursos, a través de la empresa pública Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado, buena parte de su organización corrió por cuenta de Metrovías.
Fue el primer acto oficial con Metrovías a cargo de la H, puesto que en la anterior inauguración de las obras –Telerman inauguró dos veces la misma línea– todavía se debatía quién sería su operador. Finalmente, y aunque Subterráneos de Buenos Aires S.E. es por estatuto operadora natural, se optó por entregarla “temporalmente” a la empresa Metrovías.
El acto, entonces, estuvo a cargo de Metrovías. La concesionaria colocó a partir de las 9:30 en los dos accesos pedestres de la estación Caseros sendos pares de promotoras y de empleados de seguridad. La fiesta por la puesta en marcha del servicio público, a diferencia de la primera inauguración, fue privada: sólo fue posible acceder a quienes contaban con invitación previa. Al ingresar las promotoras entregaban una serie de tarjetas con los motivos tangueros de la nueva línea, bautizada “Paseo del Tango”.
Entre otros empleados de Metrovías se hicieron presentes su secretario de Relaciones Institucionales, recientemente entrevistado por el programa de televisión CQC, y su vocera Lucila Maldonado. Por el lado del Gobierno de la Ciudad participaron desde el jefe de Gobierno Jorge Telerman hasta los miembros del directorio de Subterráneos de Buenos Aires, pasando por el ministro de Obras Públicas Juan Pablo Schiavi. También el secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, fue de la partida.
El derecho de admisión al acto de inauguración alcanzó a los mismos representantes de la propietaria de la red. El personal de seguridad contratado por Metrovías intentó frenar el paso al presidente de Subterráneos de Buenos Aires S.E., el CPN Edgardo Kutner. El incidente, que por poco pasa desapercibido, se resolvió en cuestión de segundos cuando el perjudicado informó su cargo a los agentes.
Jorge Telerman, a puertas cerradas, fue el único orador. Comenzó su discurso alrededor de las 10:45 para terminarlo pasadas las 11 horas. Fuera de la estación protestaba desde temprano con megáfonos la Coordinadora por un Subte Público, denunciando junto a su reclamo de administración colegiada del subte –Estado, trabajadores y usuarios– las falencias de mantenimiento de los coches señaladas por Franco.
Una vez finalizado el discurso de Telerman los participantes del acto abordaron el primer tren con destino Once mientras asistentes levantaban el estrado y demás instalaciones móviles. Para las 11:30 se anunció la apertura al público del servicio –horario que fue corriéndose en el curso de la mañana–, lo que finalmente se cumplió. Con una frecuencia irregular comenzaron a ir y venir formaciones entre Caseros y Once, terminales provisorias de la línea. El acceso fue gratuito, como confió Metrovías que será hasta el domingo inclusive.
De súbito y pasada menos de una hora se suspendió el servicio, cerrándose las combinaciones con las líneas A y E, y obligando el personal a los pasajeros a retirarse. A los empleados de Metrovías se les hizo informar que la línea reabriría sus puertas normalmente a las 14:30, pero no los motivos de la interrupción. Se abrió otra ronda de especulaciones y declaraciones cruzadas.
Metrovías habría hecho referencia a una orden de clausura judicial como parte de la misma acción de amparo que casi impide su puesta en marcha oficial. Rápidamente salió a responder la Secretaría de Transporte comandada por Jaime, que con la línea suspendida declaró que “está funcionando”. Lo cierto es que el servicio se reanudó alrededor de la hora prevista y, por el momento, funciona. ¿La frecuencia? 7 minutos de Metrovías, entre las 5 y las 23:13 horas.