El 10 de diciembre de 1983, fecha de la que este domingo se cumplirán 40 años, la Argentina asistía a un evento histórico: la asunción de Raúl Alfonsín como Presidente de la Nación.
Lejos de tratarse de un cambio de gobierno más, se trataba de una auténtica fecha bisagra: el final de la última dictadura cívico-militar, autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”, y el inicio del período democrático más prolongado de la historia nacional, que continúa hasta nuestros días.
Como en tantas otras jornadas clave de la historia argentina, el Subte estuvo lejos de ser parte del paisaje, sino que fue un silencioso protagonista.
Una vez culminado el discurso de asunción del nuevo presidente ante la Asamblea Legislativa en el Congreso Nacional -que había estado casi ocho años clausurado por la dictadura-, un conjunto de figuras políticas viajaron en la línea A del Subte desde la estación Congreso hasta la estación Plaza de Mayo, para asistir a la jura del gabinete en la Casa Rosada, en lo que la prensa bautizó como el “Subte de la Democracia”.
Desde ya, no se trató de un viaje regular, sino de un servicio especial: los representantes viajaron en un UEC “Preston” especialmente engalanado para la ocasión.
A diferencia de los más populares y numerosos Brugeoise, que constituyeron el grueso de la flota de la línea A hasta su retiro de servicio en 2013, los “Preston” fueron una pequeña serie de cuatro coches, que originalmente habían sido encargados por la Compañía de Tranvías Anglo-Argentina (CTAA) a principios de la década de 1910. Radiados hacia fines de la década de 1970, solo tres de ellos sobreviven hasta nuestros días.
El coche 3 en particular fue rescatado por Subterráneos de Buenos Aires y restaurado con motivo del 70° aniversario del Subte, celebrado en 1983 apenas 10 días antes de la asunción de Alfonsín.
Además de participar en el evento que describe esta nota, el coche quedó como vehículo histórico del Subte: en 1988 fue exhibido en la Avenida 9 de Julio con motivo del 75° aniversario del Subte, junto con un flamante “coche único” Fiat Materfer, un coche del Premetro y un coche La Brugeoise recarrozado por Emepa. A su vez, también fue protagonista de un sello postal filatélico con motivo de los 75 años de la red.
Años más tarde, el citado Preston número 3, junto con el número 2, fueron transferidos a la Asociación Amigos del Tranvía (AAT), quien se ocupó de realizarles una restauración notablemente más profunda que la realizada por SBA, procurando devolverles su aspecto original. El coche 3 circuló recientemente en el Tranvía Histórico de Caballito por el 110° aniversario del Subte. En la década del 2000 asociación logró luego localizar y adquirir al coche 4, que actualmente se encuentra en proceso de restauración en el Laboratorio Patrimonial Centenera.
Según consta en la prensa de la época, entre los pasajeros del histórico Preston se encontraban el ex vicepresidente Carlos Perette (1963-1966), el designado intendente de Buenos Aires Julio César Saguier, los designados ministros de Trabajo, Antonio Mucci, y de Obras y Servicios Públicos, Roque Carranza, el secretario de Energía, Conrado Storani, y diversos senadores y diputados –Juan Trilla, Rubén Rabanal y Leopoldo Moreau, entre otros-, además de dignatarios internacionales e invitados.
Llamativamente, dos de esos pasajeros hoy dan su nombre a estaciones de la red: la estación cabecera del Premetro se llama “Intendente Julio C. Saguier”, mientras que una estación de la línea D -de cuya inauguración se cumplieron recientemente 30 años- lleva el nombre del Ministro Carranza.
Esta forma de traslado de las comitivas oficiales no se ha vuelto a implementar, pese a que por motivos de seguridad la línea A suele funcionar con servicios limitados en ocasión de asunciones presidenciales y ocasiones especiales tales como la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional.
Si bien desde que la tensión de la línea A fue elevada a 1500 V hace ya más de una década los coches Preston no pueden circular por sus propios medios por ella, sí podrían hacerlo los coches La Brugeoise restaurados, tal como se hizo en la Noche de los Museos o en los recientes festejos por el 110° aniversario del Subte.
Pero más allá de que esa posibilidad existe, el traslado de las autoridades en Subte no ha sido imitado. Y ha quedado como testimonio único e irrepetible de un hecho tan singular como el día en el que la Argentina volvió, definitivamente, a la Democracia.