Los usuarios de la línea E del Subte propusieron que se reduzca la tarifa hasta que se equiparen las condiciones del servicio a las del resto de las líneas de la red.
Según reportaron varios medios, la iniciativa circuló en las redes sociales y ganó apoyo entre los vecinos que utilizan la línea E para transportarse.
De tomarse, la inédita medida podría traer como consecuencia un aumento de la cantidad de pasajeros transportados, lo que históricamente y a lo largo de más de 70 años de existencia, ha sido el talón de Aquiles de la línea E.
Entre las razones que justifican el pedido se encuentran la baja frecuencia, las constantes demoras y cancelaciones, el nivel de ruido de los trenes y el mal funcionamiento o ausencia de escaleras mecánicas. Esos reclamos habían llegado meses atrás a la Legislatura Porteña, donde llegó a aprobarse un pedido de informes sobre la situación que atraviesa la línea.
En los últimos meses la línea E ha comenzado a recibir algunos trenes Fiat Materfer radiados de la línea A. Esto ha permitido mejorar ligeramente la situación de la flota, que en su mayoría componen los deterioriados CAF-GEE. La reforma de los mismos, proyectada a mediados de la década pasada, fue cancelada en 2013. En términos de infraestructura, las vías de la línea están siendo renovadas en su totalidad, aunque la obra se ejecuta por debajo de los plazos previstos.
La línea E es una de las menos utilizadas de la red: en 2016 transportó a 20,2 millones de pasajeros, superando apenas a la línea H. La extensión a Retiro, que aumentaría sustancialmente la demanda de la línea, se espera recién para fines de 2018 o principios de 2019.