Fieles a las historias de inauguraciones fallidas y postergadas, siguiendo el ejemplo más reciente, el de la polémica apertura de la línea H y sus dos celebraciones -la primera de las obras y la segunda la puesta en marcha- la extensión de la línea A no parece estar fuera de la moda.
Desde un principio las estaciones Puan y Carabobo serían abiertas al público a mediados del año 2007. Sin embargo, cuando se aproximaba la fecha límite, el entonces Ministro de Obras Públicas Juan Pablo Schiavi, el mismo que anunció las frustradas inauguraciones de la línea H y de otras obras, había anticipado en noviembre que la inauguración de ambas estaciones sería recién en marzo de 2008, anticipo que ni en la propia SBASE sabían a ciencia cierta.
Ya con más de medio año de retraso y con dos amagues tentativos de fechas posibles para su apertura, las estaciones Puan y Carabobo ahora fueron pateadas hasta el tercer trimestre de este año.
El flamante vocero de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado Jorge Agote advirtió que “al asumir nos encontramos con las obras en construcción. Por distintos motivos los plazos se extendieron más de lo previsto, por falta de previsiones”.
Si bien los trabajos de migración de material rodante adelantados por enelSubte.com se encuentran en ejecución, como así también algunas obras necesarias para la inauguración de las estaciones, ninguna de ellas debiera extenderse tanto como para postergar la inauguración más de un año desde su fecha inicial.
Es cierto que algunos llamados a licitación fueron demorados y no hubo previsión en cuanto a la provisión de material rodante, pero temas importantes como la modificación de la tensión eléctrica de la línea fueron postergados hasta el 2009, precisamente para poder inaugurar las estaciones antes de que lo hagan Flores y Nazca, considerando que en ese entonces la tensión deberá ser la nominal en toda la red, y los coches Le Brugeoise deberán ser retirados para siempre.
Es por ello que esta nueva prórroga en la apertura de las nuevas estaciones plantea otro interrogante: ¿la “falta de previsión” puede demorar un año y medio la inauguración de sólo dos estaciones?