A desguace. La mitad de los GEE que tiene Emepa irán al soplete por la cancelación de la reforma.
La formación “M” de CAF – General Eléctrica Española, compuesta por los coches UM – UR 8 y UM – UR 23 y que se encuentra apartada en los talleres de Emepa en Chascomús, será desguazada completamente.
La decisión se tomó luego de que Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) decidiera en el transcurso de 2013 la cancelación del proyecto de reforma y modernización de estos coches, que fueron fabricados a mediados de la década del 60 en España.
LA MALOGRADA MODERNIZACIÓN DE LOS GEE
El proyecto original contemplaba la modernización de 64 coches, aunque sólo ocho (dos trenes, identificados con las letras M y N) fueron trasladados a la planta que la empresa posee en la localidad bonaerense de Chascomús. De acuerdo con el informe de la Auditoría Porteña elaborado a fines del año pasado, la obra presentaba apenas un 7,8% de avance.
El contrato había sido suscripto entre Emepa y el Estado Nacional en 2006, luego de que la empresa de Gabriel Romero venciera en una licitación pública a las firmas Emfer, Alstom y Siemens. Las tareas contemplaban la modernización de las cabinas y comandos de conducción, interiores, pasamanos, agarraderas y asientos, iluminación, instalación de sistema de audio, ventilación forzada y modificaciones en los componentes mecánicos de los trenes. La construcción de una formación prototipo, a diferencia de lo que ocurrió con los Siemens, nunca llegó a materializarse.
CANCELACIÓN DEL PROYECTO
Contra todo pronóstico, el Gobierno de la Ciudad canceló el contrato en 2013 y decidió radiar en un plazo no mayor a cinco años la totalidad de los trenes CAF – GEE, que actualmente prestan servicio en la línea E.
La decisión es llamativa, ya que los GEE tienen 50 años recién cumplidos, una antigüedad similar a la de los trenes Nagoya que circulan en la línea C y cuyo retiro de servicio está muy lejos de ser evaluado. Adicionalmente, son apenas unos diez años más viejos que los CAF 5000 que la Ciudad compró recientemente de segunda mano para la línea B.
La cuestión se torna aún más controversial cuando, en lugar de continuar con el programa de reforma del material menos viejo, se renegocia el contrato para la reforma de los Siemens, que tienen 80 años de antigüedad.
¿Por qué SBASE decidió continuar con la reforma de trenes fabricados en la Alemania Nazi y a la vez mandar al soplete a una flota 30 años más joven?
LA REFORMA DE LOS SIEMENS
La modernización de 86 coches Siemens era también un proyecto del Estado Nacional, que adjudicó en 2006 36 coches a Alstom y 50 a Emepa. Por falta de pago, la obra avanzó a bajo ritmo y sólo prosperó la construcción de dos trenes prototipo, de seis coches cada uno. Uno salió de Emepa Chascomús, el otro de Alstom La Plata.
Ambos equipos prestan actualmente servicio en la línea A, aunque con sólo cinco coches debido al largo de los andenes. SBASE, urgida de material rodante, echó mano a ambas formaciones para paliar el escandaloso déficit de frecuencia de la línea A y permitir la inauguración de Flores y San Pedrito en septiembre de 2013.
No conforme con eso, la estatal porteña renegoció el viejo contrato que había ideado Ricardo Jaime y encargó la reforma de otros 40 coches. En las comunicaciones oficiales de SBASE comenzó entonces a hablarse de “50 nuevos coches” para la línea E, sin dar más precisiones sobre el tema.
Pronto se supo que los enigmáticos “50 nuevos coches” no eran otra cosa que, aunque modernizados lejos de ser nuevos, Siemens: los diez puestos en marcha en la línea A y los otros 40 en proceso de reforma. Pero lo que parecía ser un error comunicacional accidental de septiembre del año pasado fue repetido en varias ocasiones por SBASE, e incluso por el propio Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta en su informe semestral ante la Legislatura.
SBASE nunca explicó por qué decidió cancelar la reforma de los GEE ni tampoco expuso las razones técnicas de su preferencia por los Siemens. Más aun, la empresa intenta ocultar de cara al público general que se trata de trenes de 80 años de antigüedad, fabricados en la Alemania del Tercer Reich y encargados por la CHADOPyF e insiste en que se trata de trenes “nuevos”.