La Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (UEPFP) decidió recientemente que los trenes que unen Plaza Constitución con Bahía Blanca por la vía Lamadrid no lleven más coches Pullman debido al mal estado de los mismos. Con esta medida se equipara el servicio al de la Vía Pringles, donde desde hace varios años únicamente se venden boletos en clase Turista y Primera. La desaparición del Pullman deja a los pasajeros del Bahía de Ferrobaires sin la opción de la única clase medianamente digna de ese tren.
En paralelo, no hay aún fecha cierta para la puesta en marcha del servicio de Ferrocarriles Argentinos hacia esa ciudad con coches cero kilómetro de CNR, cuyo viaje de prueba se realizó en mayo pasado y despertó gran ilusión entre los usuarios del corredor que hoy, pobremente, atiende el Estado provincial. Este nuevo servicio contaría con clases Primera, Pullman, Restaurant y Dormitorio, todos ellos climatizados, aunque correría tan sólo una vez a la semana, en lugar de las tres veces que lo hace el actual servicio de Ferrobaires.
Los servicios a Bahía Blanca de la UEPFP culminan así un proceso de sostenida y prolongada decadencia iniciada hace más de una década: desde 2000 dejaron de correr los coches Dormitorio, desde 2012 se dejó de contar con el restaurant tras ser clausurado por autoridades de Bromatología, sin que a la fecha la empresa se preocupara por reponer el servicio, reemplazado desde entonces por una solución tan precaria como irregular: vendedores ambulantes que pernoctan en el tren y ofrecen los más variados refrigerios al pasaje.
Además, progresivamente fue acortándose el largo de los trenes, llegando a la actualidad con dos coches de cada clase. Con la desaparición del Pullman, cada tren correrá con sólo cuatro coches de pasajeros. Al no ser reemplazados por otros de diferente categoría, cada tren tendrá unas 104 plazas menos disponibles.
A la par, se brindan señales contradictorias: mientras Ferrobaires recorta sus trenes por falta de mantenimiento se anuncia el restablecimiento de servicios que dificilmente la empresa pueda sostener en el tiempo como el tren a Pinamar.
La solución definitiva para la situación terminal en que se encuentra el organismo provincial llegará una vez que se decida qué pasará con sus servicios tras la creación de Ferrocarriles Argentinos. Su transferencia al Estado Nacional, acordada hace años pero nunca efectivizada, parece ser el mejor escenario posible. Ferrobaires pudo, mal o bien, con más vicios que virtudes, cumplir la misión histórica de impedir que el ferrocarril desapareciera de la Provincia de Buenos Aires. Pero no podrá hacerlo por mucho tiempo más.