Santa Fe se organiza ante el recorte de servicios ferroviarios y la posibilidad de que la provincia se quede sin trenes de pasajeros.
El Concejo Deliberante de Rosario aprobó recientemente una resolución presentada por el concejal Lisandro Cavatorta (Resolver Rosario) que solicita a las autoridades de Trenes Argentinos Operaciones (SOFSA) la pronta reanudación de los servicios Buenos Aires – Córdoba y Buenos Aires – Tucumán, que pasan por la ciudad santafesina y que se encuentran suspendidos por tiempo indeterminado.
A su vez, el cuerpo expresó su preocupación por la crisis del tren entre Buenos Aires y Rosario, que circula habitualmente con demoras de hasta tres horas por día por problemas tractivos y de infraestructura, y reclamó por el restablecimiento del servicio expreso entre ambas ciudades, suspendido desde mayo del año pasado.
“Primero suspenden el expreso Rosario – Retiro, después el de Cañada de Gómez, ahora los de Córdoba y Tucumán, y seguramente el próximo sea el tren a Buenos Aires”, comentó Cavatorta a medios locales.
Rosario no es la única ciudad donde preocupa la crisis ferroviaria. En Cañada de Gómez, la concejala y ex intendenta Stella Clérici (Trabajando por Cañada) presentó un proyecto en el Concejo Deliberante de esa localidad para reiterar el reclamo por la reanudación del servicio regional entre Rosario y Cañada, suspendido hace más de diez meses.
La resolución también incluye una declaración de repudio ante la política de cancelación de servicios ferroviarios de pasajeros, que ya suma un total de 12, y que fue recientemente denunciada por el sindicato de maquinistas La Fraternidad.
Se agrava la crisis del Mitre y suspenden los trenes a Córdoba y Tucumán
Santa Fe, al borde de perder todos sus trenes
De los seis servicios ferroviarios de pasajeros que servían a la provincia de Santa Fe hace dos años atrás, solo uno sigue en operación a la fecha.
En primer lugar, los servicios a Palmira y Justo Daract, que paraban en localidades de importancia del sur santafesino, como Rufino, fueron cancelados a inicios del 2024.
A estos se sumó la suspensión, a partir de mayo de 2024, del expreso entre Buenos Aires y Rosario, que había sido implementado a fines de 2022. Este tren, que permitía tiempos de viaje muy competitivos entre la primera y la tercera ciudad más importantes del país, fue eliminado de forma sorpresiva sin que se haya brindado ninguna explicación oficial.
El tren entre Rosario y Cañada de Gómez, por su parte, dejó de prestar servicio en noviembre del año pasado, luego de que la única formación asignada al servicio sufriera un accidentesin pasajeros. Ante la avería del material y la falta de unidades de reserva para sustituirlo, el servicio fue suspendido hasta nuevo aviso.
Tal como explicó enelSubte, Trenes Argentinos no considera que el servicio esté definitivamente suspendido, pero su reanudación está supeditada a la reparación del material siniestrado. La posibilidad de reactivar el servicio con otro material rodante -que ha quedado ocioso producto de la eliminación de otros servicios, como el tren a Pinamar- no fue considerada.
Finalmente, en los últimos días se sumó la suspensión por tiempo indefinido de los trenes Buenos Aires – Córdoba y Buenos Aires – Tucumán -así como del servicio regional Córdoba – Villa María-, por pedido de la concesionaria carguera Nuevo Central Argentino (NCA), cuyo contrato fue recientemente prorrogado hasta 2032, ante la necesidad de realizar “tareas de revisión de vías”. El disparador de la decisión fue el descarrilamiento de una formación que cubría el servicio Tucumán – Buenos Aires en la provincia de Santiago del Estero a finales del mes pasado.
A esta sangría de servicios se suma la creciente inestabilidad en las prestaciones del único tren que permanece en operación en la línea Mitre, entre Buenos Aires y Rosario.
La eliminación de servicios en Santa Fe se enmarca en la “clausura por goteo” implementada por la actual gestión, en la que ya suman 12 los servicios clausurados o suspendidos por tiempo indefinido. De no mediar un cambio de política, la Argentina se encamina a ser un país donde los trenes interurbanos marchan de camino a la extinción.