Informaba enelSubte.com que poco tiempo antes de realizarse las elecciones nacionales de octubre pasado la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) había vuelto a realizar los controles que por norma debe realizar en la red de subterráneos. Pasaron las elecciones, pasaron los controles. Desde entonces las revisiones del organismo regulador son arbitrariamente esporádicas o ausentes.
La CNRT fue creada durante la euforia de privatizaciones de la década pasada como forma de garantizar la presencia y control del Estado a favor de los clientes o consumidores, términos que muchas veces entraron a la jerga en reemplazo de usuarios. Las nuevas normas de defensa del consumidor llegaron incluso a ser parte de la reforma constitucional de 1994. El problema es que la letra está, pero en los hechos la Comisión es un fantasma. La concesionaria Metrovías incumple sus obligaciones y presenta múltiples falencias, pero las culpas son compartidas si quien debe controlar no lo hace.
Por otro lado, la todavía nunca operada vuelta de los subterráneos al ámbito de la Ciudad impide que el órgano competente, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), sea quien realice las inspecciones. SBASE y el Ente de la Ciudad han presentado informes y denuncias al respecto, siendo desestimados por no tener jurisdicción. El transporte de los porteños, preso ente el servicio deficiente de un holding de la construcción y de una inoperante repartición nacional. La transparencia o el interés por la seguridad de los pasajeros no parecen ser prioridad.