De acuerdo con informaciones originadas en la oficina de prensa del Centro de Gestión y Participación Ciudadana de Flores, a cargo de Juan Pablo Presti, y ampliadas por el asesor de Culto, Félix Testone, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires está en vísperas de aprobar un proyecto de ley presentado por el diputado macrista Daniel Amoroso y otros que denomina San José de Flores a la estación del Subte que tendrá entrada y salida frente a la basílica del mismo nombre.
El proyecto de ley unifica varios proyectos de diferentes legisladores y establece la denominación de todas las estaciones que se están construyendo para ampliar la línea A de subterráneos, que nace en la Plaza de Mayo y terminaba hasta ahora en la estación Primera Junta del barrio de Caballito. La inauguración de la estación San José de Flores está prevista, extraoficialmente, para el mes de agosto de este año, aunque se prevé que ocurrirá más adelante. De acuerdo con la Constitución porteña, antes de la aprobación definitiva de la ley se realizará una audiencia pública que se estima será en abril próximo, en la que puede presentarse cualquier ciudadano que desee defender o impugnar la ley.
El proyecto de Amoroso prevé incorporar a la estación San José de Flores una estética cultural histórica y un desarrollo temático vinculado con la vida del barrio de Flores, desde su fundación como pueblo y su incorporación a la Capital Federal hasta el Bicentenario. Su finalidad, se lee en sus fundamentos, se basa en la cercanía de la estación con la basílica que fue testigo del nacimiento del pueblo de Flores y acompaña a sus vecinos desde hace 200 años.
“Crear este espacio dentro de la nueva estación subterránea, con murales que hagan mención a la basílica –dice la fundamentación de la ley–, robustecerá la labor empeñada por la parroquia San José de Flores, haciendo trascender la frontera barrial”, se lee. La Basílica San José de Flores reviste gran interés cultural para Buenos Aires, ya que se desempeña brindando ayuda a los más carenciados por intermedio de un comedor comunitario con un cupo de 250 personas por cada turno.