En el día de ayer se conocieron los resultados de la Audiencia Pública convocada por el Gobierno de la Ciudad, para debatir sobre el futuro aumento de los peajes en la capital y discutir el destino de los fondos, entre otros temas.
Uno de los resultados fue destinar parte de dicha recaudación a las ampliaciones de la red de subterráneos, idea sugerida por el legislador de la ciudad Jorge San Martino. La sugerencia fue tenida muy en cuenta tanto por el Ministro de Obras Públicas Juan Pablo Schiavi, como también por Jorge Telerman, Jefe de Gobierno de la Ciudad.
Sin embargo, en otros frentes, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires está avanzando sobre una reducción de gastos debido al desfasaje presupuestario que presentan las cuentas porteñas, y por pedido del Jefe de Gobierno electo, Mauricio Macri, de recibir el 10 de diciembre próximo una Ciudad fiscalmente ordenada.
En este sentido, los legisladores están trabajando actualmente en un plan de reducción de gastos, que incluye, entre otros temas, desacelerar las obras de subterráneo vigentes, y postergar las licitaciones pendientes para que ingresen en el periodo 2008.
Uno de los primeros efectos visibles de no entrar en déficit fue la decisión de Jorge Telerman en diciembre pasado, de no encarar las obras de subte de la línea F, cuya licitación estaba prevista para este año y el comienzo de las obras, para el último trimestre de 2007.
En aquél entonces, el polémico Presupuesto 2007 finalmente fue aprobado sin déficit, lo que postergó aún más el comienzo de otra obra subterránea.
De esta forma, pese a que la ciudad está en una época privilegiada en lo que respecta a obras de subte, ya que se están llevando acabo la construcción de los tramos B (ya finalizado, aguardando apertura), A2 y C de la Línea H, como también la extensión de 4 estaciones de la Línea A y otras 2 estaciones más en la Línea B, entre otras pequeñas obras en la red, cabe destacar que la velocidad y cantidad de las obras no son acordes a las necesidades de la población.
Con este proyecto no se busca interrumpir ninguna obra, ya que esto implicaría gastos de punitorios a la ciudad con las empresas contratadas, sino desacelerar la velocidad, para poder finalizar el año 2007 sin déficit económico.