Desde que firmaron el acta acuerdo del 3 de enero, los subsidios del subte quedaron en $60 millones mensuales que aportarían en partes iguales el Gobierno Nacional y la Ciudad. De los $30 millones que aporta la Nación, $14 millones van al subte y los otros $16 millones se depositan en un fideicomiso del Banco Nación.
Por su parte, el gobierno porteño, para pagar sus $30 millones mensuales en subsidios, decidió aumentar en enero la tarifa de $1,10 a $2,50. Con ese $1,40 adicional, estimaban que iban a poder recaudar el monto correspondiente ya que transportaban a 1.200.000 pasajeros por día hábil.
Pero, según Metrovías, la recaudación se cayó porque el aumento de tarifa redujo 20% la cantidad de pasajeros transportados: unos 200.000 pasajeros menos por día. La empresa sostiene que la Ciudad aún adeuda alrededor de $8 millones por mes en subsidios.
La red de subtes cuenta con 96 trenes. En julio, Metrovías retiró 20 formaciones en protesta por falta de subsidios. Al mes siguiente protestaron los trabajadores. Los Metrodelegados encabezaron la huelga más larga de subte que duró 10 días. Los trabajadores exigían una suba del 28% para los 3.600 empleados.
Finalmente, la empresa fijó una suba del 23% con el otro gremio del subte, la Unión Tranviarios Automotor, que es el único que cuenta con la personería jurídica para negociar las paritarias. Con el aumento del 23% que lograron los sindicatos, Metrovías desembolsa alrededor de 40 millones en sueldos por mes. La empresa le reclama todavía $ 52 millones a la Ciudad por aumentos salariales hasta agosto incluido.