Los caballos, los perros y las flores eran algunas de las aficiones que la reina Isabel II supo cultivar a lo largo de su vida. Menos conocido, quizás, era su aprecio por el ferrocarril. La monarca, que gustaba de llevar una vida lo más simple posible dentro de los límites y exigencias de su rango, valoraba la practicidad, economía y privacidad de los trenes cada vez que debía trasladarse dentro del Reino Unido.
La relación de los reyes ingleses con los ferrocarriles se remonta casi hasta los orígenes de dicho medio de transporte. La reina Adelaida, viuda de Guillermo IV, fue el primer miembro de la Familia Real en viajar en ferrocarril en julio de 1840. Su sobrina, la reina Victoria, fue la primera soberana en hacerlo dos años más tarde entre Slough, una localidad al oeste de Londres, cercana al castillo de Windsor- y la estación de Paddington en el centro de la capital. Aunque Victoria es recordada por sentir cierta desconfianza ante la velocidad que desarrollaban los trenes, el viaje la convenció de utilizar ampliamente el ferrocarril para trasladarse por el país en giras especialmente organizadas, algo que la Reina consideraba que era parte de sus deberes.
The Royal Train
Desde mediados del siglo XIX, la Corona contó con coches especiales y de uso exclusivo para sus miembros en cada una de las diferentes compañías privadas que operaban la red, que variaban tanto en su función como en su decoración interior. Incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, se llegó a construir un tren blindado para que Jorge VI, padre de Isabel II, pudiese visitar las zonas que habían sido bombardeadas por los alemanes. Tras la nacionalización de los ferrocarriles en 1948, las diferentes regiones mantuvieron las formaciones reales heredadas de la era privada. Esto, sin embargo, cambió en 1977 cuando, en ocasión del Jubileo de Plata de Isabel II, se adquirió un único tren para ser utilizado en cualquier punto de la red.
Esta formación, actualmente en servicio, está compuesta por nueve coches tipo British Rail Mark 3 construidos con diferentes funciones en mente: existe un coche privado para la Reina, con dormitorio y baño completo, así como coches para su difunto esposo el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, coches dormitorio, comedor, cocina, oficinas y alojamientos para el personal.
Por razones económicas, el material rodante no es propiedad de la Corona sino de Network Rail, empresa privada a cargo de la infraestructura de la red británica. La tracción es asegurada por dos locomotoras diesel Clase 67, introducidas en 2003 y propiedad de la operadora DB Cargo, que las utiliza para remolcar trenes de carga convencionales cuando no se las requiere para uso oficial. Tanto los coches como las locomotoras están pintadas en un tono de borgoña conocido como Royal Claret, el mismo que se usa para la flota de automóviles oficiales.
En términos de decoración, el actual Tren Real está lejos de ser el “palacio sobre rieles” que prefirieron los antecesores de Isabel II. En cambio, el objetivo es que sea funcional y seguro, capaz de servir de “base móvil” al monarca y a sus acompañantes durante sus viajes. Si bien el Tren Real suele ser criticado como un lujo o extravagancia de la monarquía, lo cierto es que permitió disminuir los costos de las giras reales particularmente en lo que hace a alojamiento y seguridad y, sobre todo, al evitar el uso de aviones.
Durante las últimas décadas, la reina Isabel II hizo un uso más frecuente del transporte público convencional para trasladarse. Todos los años se la podía ver junto al príncipe Felipe abordar un tren de línea en la estación londinense King’s Cross para trasladarse a su residencia de Sandringham en Norfolk, donde la Familia Real acostumbra pasar la Navidad.
Elizabeth Line
En mayo de 2022, tras más de 13 años de trabajos, fue inaugurada la Elizabeth Line. Este servicio conecta el centro de Londres con el aeropuerto de Heathrow y distritos ubicados en el este y sur de la capital. Isabel II, a quien la línea homenajea en su nombre, asistió a la inauguración a pesar de su ya frágil estado de salud.
La línea presta servicios con formaciones ferroviarias convencionales, en lugar de los coches más pequeños del Underground, por lo que significó un incremento de un 10 por ciento de la capacidad de transporte de Londres. Actualmente, deben hacerse combinaciones en Liverpool Street y en Paddington para poder recorrerla completa, pero se prevé que para noviembre de 2022 ya se puedan realizar los viajes sin transbordo una vez que hayan finalizado las pruebas.
El Underground
El prolongado reinado de Isabel II está repleto de hitos: no sólo fue la soberana que más tiempo estuvo en el trono en la historia británica, sino que también fue la primera en viajar en subte. Aunque ya había viajado en la línea District en mayo de 1939 -cuando todavía era princesa- su primer viaje como reina fue en 1969. En ese año, inauguró oficialmente la línea Victoria -nombrada en homenaje a su tatarabuela- y viajó en sus trenes de conducción automática entre las estaciones Green Park y Victoria. Su hijo y heredero, el actual rey Carlos III, haría lo propio en 1979 cuando inauguró la línea Jubilee. En diciembre de 1977, la Reina inauguró la extensión de la línea Piccadilly al aeropuerto de Heathrow y, diez años más tarde, el Docklands Light Railway (DLR); en ambas ocasiones, viajó en los trenes de dichas líneas.
El viaje final
Como parte de los preparativos para las exequias de Isabel II, se esperaba que su cuerpo fuese trasladado por el Tren Real desde Edimburgo hasta Londres. De acuerdo con los planes originales de la Operación Unicornio, nombre en clave del protocolo, la formación se desplazaría por la East Coast Mainline desde la estación Waverley hasta King’s Cross y reduciría la velocidad en estaciones importantes para que el pueblo pudiese darle un último adiós a la Reina.
Sin embargo, en las últimas horas trascendió que se optaría por trasladar el féretro en un vuelo especial hasta Londres ante la preocupación de las fuerzas policiales por la dificultad de brindar seguridad en todo el recorrido y para evitar las fuertes alteraciones que sufrirían los servicios regulares dado que el Tren Real tiene prioridad en el uso de vía. No obstante, la última palabra aún no está dicha sobre cómo se hará el periplo final de la reina que más ha viajado en la historia.
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— Ben Jennings (@BJennings90) September 8, 2022