Empezar el día en el Subte puede ser una tarea tortuosa. Terminarlo también.
Los coches van llenos, el calor es agobiante, los tumultos de gente te apretan y empujan, algunos inadaptados roban cotidianamente a los pasajeros, entre otras situaciones que vivimos todos al momento de viajar. En muy poco espacio, miles de circunstancias diferentes motivan a la gente a llevar su viaje de la mejor manera posible.
Pensando qué vamos a hacer cuando lleguemos a destino, algunos utilizan métodos simples de abstracción del entorno. El más antiguo de todos: la lectura
Muchos otros prefieren prolongar el descanso, aunque sólo sean unos pocos minutos:
Otra de las opciones más utilizadas comenzó hace muchos años con la aparición del Walkman. Pese a que la radio fue el primer aparato musical portátil, ésta no puede ser utilizada en el Subte, ya que a diferencia de viajar en superficie, la señal de radio no logra un buen alcance bajo el asfalto. Hoy, diversas tecnologías más modernas como el Discman, reproductores de MP3, entre otras, continúan siendo partícipes del viaje cotidiano:
No habiendo paisajes para mirar, existen muchas otras formas de pasar ese largo rato que al año pueden representar más de 300 horas; es decir, más de 12 días viajando en Subte sin parar.
Charlar con un conocido, jugar con el celular, hablar por teléfono, mandar mensajes de texto, pueden ser alternativas para escapar de la rutina; para hacer más ameno el viaje al trabajo o a casa.