23 noviembre 2024

La JST investiga la colisión entre un tren de NCA y otro de Trenes Argentinos Cargas

La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) publicó el informe básico sobre el accidente entre dos trenes de carga -uno de NCA y otro de Trenes Argentinos Cargas- en el ferrocarril Mitre. Las formaciones colisionaron por detrás, con descarrilamiento y daños en algunos vagones. Se trata de uno de los primeros incidentes ferroviarios que involucra a dos empresas distintas.

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La Junta de Seguridad en el Transporte (JST) abrió una investigación sobre la colisión entre dos trenes cargueros -uno de Nuevo Central Argentino (NCA) y otro de Trenes Argentinos Cargas “al servicio de NCA”- ocurrida el pasado miércoles 22 en Aldao (línea Mitre), provincia de Santa Fe.

De acuerdo con el informe básico publicado por la JST, el accidente tiene categoría de “choque de trenes con descarrilamiento”, con daños “de importancia” para los vagones involucrados.

Según describe el documento oficial el hecho se produjo durante la “maniobra de retroceso de un tren de carga” de Nuevo Central Argentino -compuesto por vagones tolva graneros y al mando de la locomotora GT 22 n° 9099- “sobre la vía principal del desvío Aldao”. En el curso de esta maniobra, “se produjo el choque con el tren de carga” de Trenes Argentinos Cargas -compuesto por vagones tolva gran granero y al mando de la locomotora CRRC CDD5A1 n° 9475-, que se encontraba detenido, lo que provocó el “posterior descarrilamiento de formación”.

El informe no da cuenta de que los trenes involucrados pertenecían a dos empresas distintas: por el contrario, consigna que “la operación de ambos trenes se correspondía a la operadora Nuevo Central Argentino”. Fuentes consultadas por este medio indicaron que esto es así debido a que el tren de TAC se hallaba “al servicio de NCA” en el marco de los acuerdos de operación entre la carguera estatal y la concesionaria, que continúa teniendo la administración integral de sus áreas concesionadas hasta el vencimiento de su contrato.

Por esta razón, la encargada de notificar a la JST del accidente fue la propia NCA, que lo hizo mediante correo electrónico unas cuatro horas y media después (12:20) de ocurrido el hecho (07:50). Para el momento en que los inspectores de la JST llegaron al lugar -alrededor de las 14 horas-, sólo una de las dos formaciones siniestradas se encontraba en el lugar, “con indicios de impacto entre vagones, encarrilada y por retirarse de la zona del suceso”.

El retiro de una de las formaciones involucradas en el incidente se hizo a pesar de que la ley 27.514, que creó la JST, establece en su artículo 23° que “la remoción o liberación de restos o despojos de los vehículos y de todo aquello que podría haber contribuido a producir el accidente o incidente, solamente puede efectuarse previa coordinación con el personal encargado de la investigación de la Junta de Seguridad en el Transporte”. Según confirmaron fuentes de la Junta a este medio, esto no ocurrió.

Desde Nuevo Central Argentino explicaron el alcance de los daños a este medio: “sólo se produjo encime de paragolpes de vagones vacíos, los cuales fueron apartados y reparados”, en tanto que el material rodante de TAC no habría sufrido daños a su material rodante.

El accidente cobra relevancia debido a que se trata de uno de los primeros hechos que involucra a formaciones de dos empresas cargueras distintas, y expone potencialmente puntos débiles del esquema de acuerdos operativos entre TAC y las concesionarias. A su vez, plantea como cuestión fundamental a resolver, de cara a la entrada en vigencia del promocionado “open access híbrido”, la espinosa cuestión del control de la circulación de trenes, tal como advirtió este medio.

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