A las 10:05 los trenes de la línea B desaparecieron de la vista del Puesto Central de Operaciones (PCO), ubicado en la estación Mariano Moreno de la línea C, desde donde se controla toda la operatoria de la mayoría de la red. La línea fue entonces interrumpida como medida de seguridad. Se intentó inmediatamente pasar el control a Federico Lacroze, cabecera técnica individual de la línea B, sin éxito. Varios trenes desaparecieron del puesto de control. Un conductor, sorprendido, comentó que es la primera vez que pasa algo así en la línea de Lacroze.
Como el corte del servicio sería prolongado se hizo llegar a todas las formaciones a la estación más próxima para descargar los pasajeros. Acto seguido se cortó la energía del tercer riel por prevención. Pero surgieron nuevos inconvenientes. En Federico Lacroze a un tren entero se le trabaron las puertas y los pasajeros, en cólera, debieron descender por la cabina del motorman. En tanto, técnicos del taller Rancagua intentaban solucionar el problema. En Malabia, los pasajeros reaccionaron de tal modo a la interrupción que la conductora de la formación allí estacionada se comunicó con Lacroze para transmitir que romperían los coches. La Policía Federal debió desalojar la estación.
Lo que es más, en Ángel Gallardo un tren invisible para el puesto de operaciones quedó varado en medio del túnel: se cortó la energía antes de que llegara a la estación, pues nadie lo veía. El motorman se comunicó por radio para informar de su existencia, al igual que debieron hacer otros conductores de trenes desaparecidos. Los pasajeros debieron ser evacuados y caminar por el costado de las vías hasta llegar al andén. Para entonces todavía no se sabía la causa puntual del problema. Metrovías informó a los medios primero de “inconvenientes técnicos” y luego de un “problema en el sistema de señales”, sin que se lo conociera a ciencia cierta.
Recién pasadas las 12 se encontró que se habían derretido tres placas del ATP a la altura de Medrano, lo que explica tanto los problemas de comunicación con el PCO como la desaparición de algunas formaciones. Al momento, la línea B sigue interrumpida y se espera que sea por un lapso prolongado, aunque la empresa informe que la interrupción será “breve”. Se están guardando varias formaciones en el taller Rancagua para desocupar lo más posible el túnel. Como no funciona el sistema de señales, los conductores informan su posición por radio y el puesto de control les da vía libre. Un sistema que la línea no conoció nunca desde su inauguración en 1930.