29 marzo 2024

Gran Bretaña estatiza una segunda compañía ferroviaria por el mal servicio

El Gobierno británico decidió revocar la concesión de una empresa ferroviaria subsidiaria de la Deutsche Bahn debido al mal servicio y las quejas de los usuarios. La operación, desde marzo, estará a cargo de una nueva empresa estatal. No es la primera vez que ocurre: en 2018, otra concesión había revertido al Estado.

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El Gobierno británico decidió revocar la concesión de la operadora ferroviaria Northern Rail, cuyos servicios serán absorbidos por el Estado.

Northern Rail era una empresa controlada por Arriva, subsidiaria a su vez de la Deutsche Bahn, empresa ferroviaria estatal alemana.

Según informó el Departamento de Transporte del Reino Unido, la decisión de terminar el contrato, que vencía en 2025, fue tomada debido al mal servicio que prestaba la empresa: sólo poco más de la mitad de los trenes despachados llegaban a horario y las cancelaciones ascendían hasta un 7% del total. Ante esta situación, los pasajeros reclamaron por la saturación en los trenes y estaciones y las constantes demoras.

Al respecto de la medida, el secretario de Transporte británico Grant Shapps aseguró: “Es un nuevo comienzo […] Estamos decididos a que los pasajeros de Northern puedan ver mejoras reales y tangibles tan pronto como sea posible“. El funcionario recordó, a su vez, que el primer ministro Boris Johnson prometió “recuperar el ferrocarril en los lugares donde surgió”.

La medida fue celebrada por los pasajeros, que ven en la estatización una posibilidad de mejora del servicio, y la oposición laborista, que ha hecho de la nacionalización de los ferrocarriles una bandera electoral. Aunque con reparos al Gobierno, el sindicalismo también recibió favorablemente la decisión: el líder del sindicato nacional de trabajadores del transporte, Manuel Cortés, aseguró que la situación de Northern Rail es una muestra de que “las concesiones de nuestros ferrocarriles han fallado completamente”.

La operación será tomada por una nueva empresa pública (Northern Trains) el próximo 1° de marzo. La compañía es controlada por el Departamento de Transporte del Reino Unido a través de DfT OLR Holdings. No es la primera vez que se toma una medida de este estilo: a mediados de 2018, el gobierno británico revocó la concesión de Virgin Trains East Coast y otorgó la operación a una empresa estatal (London North Eastern Railway, LNER), también controlada por el Departamento de Transporte.

Cabe recordar que en los años 90, el Reino Unido llevó adelante una política de desregulación y privatización de su red ferroviaria. De manera similar a lo ocurrido en el resto de Europa, separó infraestructura y operación. Sin embargo, el país no conservó una operadora estatal (diferencia sustancial con Europa continental, donde las empresas ferroviarias estatales siguen siendo dominantes) y balcanizó la red en un sinnúmero de operadoras privadas. Para peor, privatizó también la compañía encargada de la infraestructura (Railtrack), que debió ser reestatizada (y reorganizada como Network Rail) a los pocos años debido a que su supervivencia bajo ese modelo era inviable.

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