Como Metrovías S.A., Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) también siente un “enorme orgullo”. En su caso no es por haber sido beneficiada con la concesión de la línea H, sino por haber podido finalmente inaugurar de cara al público obras fruto de su planificación y gestión. Eso expresa en la gacetilla Un motivo de orgullo que publicó en su sitio de Internet y lleva la firma del Directorio.
SBASE agradece en los párrafos siguientes a los vecinos de la Ciudad por haber posibilitado la construcción de la línea con sus aportes, ya que fue realizada “en su totalidad con recursos del presupuesto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” –en un anuncio reciente Metrovías felicitó también, inexplicablemente, al gobierno nacional–. Acto seguido la empresa elogia el compromiso y capacidad de sus empleados, a quienes atribuye la posibilidad de que se estén realizando en forma simultánea las obras de las líneas A, B y H.
La gacetilla sigue con una sección separada, Un poco de historia, donde se repasa la evolución y características de la línea recientemente inaugurada. SBASE rescata que la extensión de la red de subterráneos se haya convertido en una política de Estado atravesando los gobiernos de De la Rúa, Olivera, Ibarra y Telerman.
Los trabajos de la línea H, dice la propietaria de la red, supusieron la excavación de 385.000 metros cúbicos, y la colocación de 108.000 metros cúbicos de hormigón y 6.700 toneladas de acero. Las obras civiles del tramo actualmente inaugurado concluyeron en junio de 2006 y las instalaciones posteriores en mayo de este año, cuando se realizó la malograda primera inauguración a pocos días de las elecciones porteñas. El costo final del trabajo rondó los 337 millones de pesos, que cubrieron hasta el último detalle –SBASE colocó incluso la señalética–.
Por último se precisan algunos datos técnicos de la nueva línea, como la existencia de modernos sistemas de ventilación y la total adecuación de las instalaciones para personas con capacidades físicas diferentes. También se menciona la posibilidad de operar a futuro con el sistema Automatic Train Operation (ATO) en reemplazo del actual Automatic Train Stop (ATS), lo que será imposible mientras pueblen sus rieles los septuagenarios coches Siemens Orenstein & Koppel.
La estación Humberto Primo, la más grande de toda la red de subterráneos hasta el momento, es la sede del centro de control de la línea. Las cinco estaciones habilitadas cuentan con un total de 114 cámaras de seguridad permanentemente monitoreadas y grabadas desde el centro de control, que tiene conexión directa con la Policía Federal. Claro que habrá más para controlar cuando la H empiece a cumplir su cometido y combine con las líneas más transitadas de la red.