La propuesta para establecer el boleto electrónico único para viajes en colectivo, subtes y trenes para Capital Federal y Gran Buenos Aires, quedó relegada a un segundo plano.
La iniciativa, que de llevarse a cabo representaría un gran paso para solucionar el problema del faltante de monedas, fue presentada por la Jefa de Estado el 4 de febrero, y de acuerdo a sus propias palabras, el sistema estaría funcionando en 90 días. Sin embargo, el diario La Nación informó que todavía no se llamó a licitación y no están listos los pliegos, por lo que difícilmente los usuarios del transporte público cuenten con esta tarjeta para la fecha prevista.
El organismo encargado de llevar adelante el proyecto es el Banco Nación. En realidad, estará en manos de Nación Servicios, una empresa que opera dentro de la institución financiera y que no está relacionada con el transporte sino con el clearing bancario. “El ambicioso proyecto está sumergido en una sombra de desinformación. Nadie sabe a ciencia cierta cómo será el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE)”, sentenció el matutino.
El mismo periódico informó que el presidente de Nación Servicios es Angel de Dios, ex vocal del Tribunal de Cuentas de Santa Cruz, actual director del Banco Nación, y suegro del hijo mayor del ministro de Planificación, Julio De Vido.
Las máquinas necesarias para que pueda usarse esta herramienta cuestan unos 4.000 dólares, y en caso de que llegue a buen puerto, se instalarán en cerca de 17.000 vehículos. Los costos correrán por cuenta del Estado, que desembolsará unos 200 millones de pesos, y la gente podrá optar por este nuevo mecanismo, o el tradicional.