La Defensoría del Pueblo de la Ciudad indicó que el nivel de confort con el que se viaja en el Subte en las horas pico ni siquiera cumple con las normativas para transporte de ganado. “Quienes en horas pico se desplazan en subtes porteños afirman que viajan como ganado. Al decirlo, ignoran que el Código Sanitario para Animales Terrestres de la Organización Mundial de Salud Animal defiende el espacio individual de las bestias y recomienda que, al acarrearlas, tengan suficiente espacio para adoptar una posición equilibrada según requiera el clima y la especie transportada”, destaca el informe. “Este derecho que ampara a vacas, ovejas, cabras, cerdos, caballos y hasta a camellos, no rige para los usuarios de los servicios que brinda la concesionaria Metrovías”, indicó ácidamente la Defensoría.
Allí, toman datos relevados por la Gerencia de Control de la Concesión de Subterráneos de Buenos Aires S.E, que indican que el nivel de confort en los Subtes ronda un promedio de 4,5 pasajeros por metro cuadrado. Según SBASE, el nivel máximo de pasajeros que puede transportar un coche de Subte es de 7,5 pasajeros por metro cuadrado: si se llega a ese nivel de concentración, significa que hubo personas que no pudieron subir al tren. Sin embargo, la Defensoría indica que el promedio que informa SBASE no refleja acabadamente lo que sucede bajo tierra en hora pico. “Pero a no entusiasmarse. La cifra de Subterráneos no es más que el promedio entre los recargados trenes que a esa hora [de la mañana] marchaban hacia las cabeceras céntricas y los que lo hacían casi vacíos en dirección opuesta”, aseguran.
La distancia entre puertas y andenes, un factor de riesgo
El informe también considera un tema recurrente en las denuncias de usuarios y organismos oficiales: la distancia entre el piso de los trenes y el borde del andén. En un fallo reciente, la Corte Suprema de la Nación deio la razón a una pasajera de la línea D cuyo pie resultó lastimado al quedar trabado entre el coche y el andén. “MLL demandó por daños y perjuicios a Metrovías y su caso llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Al analizar el caso, 7 de los 8 ministros del cuerpo lo confrontaron con el de quien contrata los servicios de un transportista de carga y dedujeron que un comerciante exigiría (…) una serie de pruebas y de información para celebrar un contrato de transporte de mercaderías valiosas, y si no lo hace, no podrá invocar su propia torpeza. En cambio, el usuario de un servicio de subterráneos, que sale del vagón rodeado de gente, sin poder ver siquiera el piso, apretujado y empujado hacia la salida, no puede desempeñar el mismo estándar de diligencia. Sería contrario a las costumbres y hasta absurdo que antes de subir exigiera información sobre las medidas de seguridad que tiene el vagón, o en los momentos previos al descenso interrogara al guarda, que tampoco suele estar presente, sobre los riesgos que existen en ese acto”, resolvieron los ministros.
Ante este caso, la Defensoría del Pueblo relevó estas distancias en 17 estaciones de la red. “En 6 de cada 10 casos, esa distancia superaba los 6 centímetros y prácticamente se duplicaba en las estaciones Diagonal Norte, Avenida de Mayo, Independencia y Moreno de la línea C”, dicen. “También se comprobó que el desnivel entre andenes y vagones (sic) obstaculizaba el ascenso y descenso de los pasajeros en más de la mitad de las estaciones. Al respecto, en Perú, Lima y Plaza Miserere –todas de la línea A- la diferencia rondaba los 10 centímetros”, añaden. Para la Defensoría, los amplios galibos y los pronunciados desniveles son una trampa para los usuarios. “Mientras esta amenaza subsista, Metrovías debería oír a los jueces de la Corte que sugirieron mejorar la frecuencia de las formaciones para evitar las aglomeraciones en los andenes y, por su puesto, en el interior de los vagones”, sostiene el artículo publicado por la Defensoría. Las diferencias de nivel entre coches y andenes no son exclusivas del Subte porteño. Sin embargo, en otros países del mundo están señalizadas: en el piso de las estaciones del “Tube” de Londres puede leerse la leyenda “Mind the gap” para advertir a los pasajeros acerca del desnivel entre el tren y las estaciones.
Letra muerta
El informe también dedicó su atención a la situación de las personas con dificultades para desplazarse. “La Defensoría del Pueblo comprobó que de las 76 estaciones de Subtes de la Ciudad de Buenos Aires, sólo 15 son accesibles para personas con movilidad reducida”. “Esto ocurre a pesar de que en 1997 el decreto reglamentario de la Ley de Proteccion Integral del Discapacitado otorgó un plazo de tres años para que los responsables del transporte subterráneo adecuaran estaciones, instalaciones, equipamiento y material móvil para que las personas con movilidad reducida –en especial quienes usan sillas de ruedas- puedan utilizar sus servicios”, dicen. “Ante ello, la Defensoría del Pueblo reclamó el cumplimiento de la normativa vigente a la Secretaría de Transportes de la Nación, a Subterráneos de Buenos Aires S.E., a la empresa Metrovías y a otros organismos nacionales y ciudadanos con competencia en la materia”.