Los trenes de la Northern Line del Underground de Londres comenzaron a circular en modo de prueba por la extensión que se construye desde la estación Kennington hasta la zona de la antigua planta de generación eléctrica de Battersea, ubicada al sur del rio Támesis.
Por el momento, los ensayos se realizan sólo durante los fines de semana con la corrida de cuatro trenes vacíos por hora por los nuevos túneles con el objetivo de evaluar la correcta integración de todos los sistemas, así como de familiarizar al personal con las particularidades del nuevo tramo.
De acuerdo con lo informado por el alcalde de Londres, Sadiq Kahn, en una visita que realizó a la obra a fines de mayo, el objetivo de Transport for London (TfL) es inaugurar el nuevo tramo en septiembre.
La obra, que tuvo un costo de 1200 millones de libras (aproximadamente 1653 millones de dólares), discurre a lo largo de tres kilómetros de túneles simples desde la estación de Kennington hacia el oeste y pasa por dos nuevas paradas: Nine Elms y Battersea Power Station.
El objetivo de la extensión es ayudar a la reconversión de la zona de la planta de generación eléctrica de Battersea, hoy desactivada y en proceso de ser transformada en una zona residencial.
Nuevos patrones de servicios
Con la inauguración de la extensión a Battersea Power Station, TfL implementará cambios en el patrón de servicios de la Northern Line, una de las más complejas y utilizadas de la red de la capital británica. La linea tiene cinco estaciones terminales (Edgware, High Barnet y Mill Hill East en el norte y Kennington y Morden en el sur) de donde parten servicios a lo largo de dos ramales muy congestionados que atraviesan la zona central de Londres.
En un primer momento, se planea que por los nuevos túneles corran seis trenes por hora en hora pico y cinco en los momentos valle, aunque se prevé duplicar esas cantidades para mediados de 2022. Si bien todavía no está clara la distribución exacta de las formaciones, se estima que estos servicios serán prolongaciones de los que hoy finalizan su recorrido en Kennington y utilizan un loop de inversión de marcha para regresar hacia Edgware o High Barnet
Si bien la Northern Line es una de las líneas que posee conducción automática de sus trenes, la cantidad de formaciones es ajustada y se necesita más tiempo para poder terminar de optimizar la utilización de la flota, integrada por 106 trenes de seis coches que ingresaron paulatinamente al servicio entre 1998 y 2001.
No obstante, los objetivos de TfL son ambiciosos. Una de las novedades informadas por la empresa es que se implementarán servicios directos desde Mill Hill East -la única estación construida de un proyecto fallido de extensión de la década de 1930- por lo que se prescindirá (al menos durante buena parte del dia) del servicio lanzadera que la sirve desde hace décadas y que parte de una via auxiliar de la estación Finchley Central en el ramal a High Barnet.
Otra modificación que se realizará a los horarios de la Northern Line tiene que ver con la frecuencia hacia la estación Morden, a la que llegan fundamentalmente los trenes que corren por el ramal Bank, el más utilizado de la línea. Así, se buscará que haya una mayor disponibilidad de servicios en la hora pico matutina, por la que corrían unos 24 trenes por hora antes de la pandemia.