La línea B perdió durante el pasado mes de junio un total de 49 horas y 46 minutos de servicio, encabezando el ranking de incidencias de la red en ese mes. Le siguen las líneas C (40 horas y 16 minutos, en gran parte atribuibles a la medida de fuerza que la mantuvo paralizada por más de 12 horas el pasado lunes 22), E (33:58 horas), D (27:58 horas), A (27:04 horas) y en último lugar, como ya es habitual, la línea H, con 19:34 horas.
La cantidad de horas de servicio perdidas cayó con respecto a meses anteriores, fundamentalmente debido al paulatino retorno al horario normal. Cabe recordar que a partir del mes pasado la línea B recuperó el servicio nocturno que por más de un año cortaba poco después de las 21 horas.
Sin embargo, las incidencias siguen estando ampliamente por encima de las demás líneas, que suelen verse afectadas por un promedio de treinta horas al mes. Al revisar el detalle de las incidencias de la línea B se encuentran causas como “problemas técnicos en una formación” y abundan variados servicios limitados.
No es de esperar que este panorama varíe demasiado con la finalización de las obras, la vuelta del horario matutino a partir de las 5 y la incorporación paulatina de los polémicos coches usados CAF 6000, que acabaron costando más caros que trenes cero kilómetro, ya que ninguna de esas tareas traerá acompañada una mejor calidad de servicio.