En el marco del conflicto que el gremio de maquinistas La Fraternidad viene sosteniendo con las empresas ferroviarias desde mediados de la semana pasada, el sindicato emitió un duro comunicado en el que acusó al Gobierno nacional de “intentar suprimir los ferrocarriles”.
En el documento, fechado el pasado sábado 28, el sindicato denunció la existencia de una “tercera fase” de desguace del sistema ferroviario, siendo las dos primeras “el Plan Larkin” de la década del 60 y “la reforma del Estado” de los años 90, y llamó a “detener la salvaje entrega de la Patria”.
En este sentido, advirtieron que la actual gestión ya lleva eliminados ocho servicios de pasajeros regionales y de larga distancia -entre los que mencionaron los trenes a Mendoza, San Luis, Expreso Rosario, Pehuajó, Pinamar, Bahía Blanca, Mercedes – Tomás Jofré, La Banda – Fernández y Rosario – Cañada de Gómez- y alertaron que “ahora van por el servicio Retiro – Tucumán”, suspendido desde la semana pasada por un descarrilamiento, y por el Tren del Valle (Neuquén – Cipolletti).
El duro comunicado marca un notable giro con respecto a la posición que el sindicato venía manteniendo respecto de la gestión ferroviaria y especialmente de la privatización.
Cabe recordar que en octubre del año pasado, el secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, había asegurado no tener reparos con esa política: “No tenemos ningún problema con el capital privado. Por mí que privaticen todo, siempre y cuando el capital privado sea humanizado y acepte las condiciones de las leyes laborales de la Argentina”.
La estrategia combativa no se limita a los comunicados: vale recordar que desde el miércoles pasado el gremio viene sosteniendo una medida de protesta por tiempo indeterminado, consistente en correr los trenes a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora, situación que generó demoras y cancelaciones en todas las líneas metropolitanas.
Desde La Fraternidad se ocuparon de dejar en claro que la protesta “no es por paritarias” sino en reclamo por “el pésimo estado en el que se encuentran los trenes y la infraestructura” y por “la falta de repuestos” para prevenir el deterioro del material rodante. A su vez, desde el sindicato cuestionaron que las ventas de activos ferroviarios que se están realizando -como por ejemplo, las subastas de terrenos– no tienen como fin reinvertir en el sistema.
Desde el Gobierno retrucaron con las obras prioritarias contempladas en la Emergencia Ferroviaria, pero -tal como explicó enelSubte– numerosos proyectos tanto en cargas como en pasajeros se encuentran frenados desde hace varios meses y sólo se ensayó una tímida reactivación por el contexto electoral.
El jueves por la noche la Secretaría de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, pero La Fraternidad no acató la disposición al considerar que “no hay medidas de fuerza dispuestas”, por lo que la jornada de protesta se extendió durante todo el viernes y el conflicto continúa con final abierto.